ℳℯ𝓈ℯ𝓈【𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐣𝐢 𝐱 𝐎𝐜】

Capítulo 6

| Tarde |

Era fin de semana y en estos momentos me encontraba en casa, ya me había vestido pero aún así estaba acostada por encima en mi cama viendo mi móvil, tenía puesto unos pantalones algo rotos en mis rodillas con una playera de mangas cortas bastante simple.

No me gustaban mucho los fines de semana, si había algo que odiaba era estar en casa con todos, simplemente sentía que no servía para esto de una familia feliz o lo que sea, me sentía incomoda.

Además la semana en la escuela había pasado algo rápida, y en esos días no molesté a nadie, lo que significa que tampoco gané dinero. Se sintió bien no haber molestado a nadie, pero a la vez me daba bastante ansiedad no saber qué pasará conmigo si no hago ese tipo de malos actos.

-oye Arleth. -entró Tony al cuarto abriendo la puerta de un golpe- hoy vendrán unos amigos, así que ve a dar una vuelta cuando lleguen hasta que se vayan.

-¿haces llamar amigos a los que te humillan? -lo miré por unos segundos para luego mirar mi móvil- es patético Tony.

Se acercó a mi tomándome del brazo de forma brusca para levantarme de la cama, yo tambalee al estar a punto de caer por aquel acto tan brusco.

-quiero que te largues hasta que se vayan.

-no me empujes así. Es mi casa también, ¿por qué demonios tengo que hacerte caso?

-no lo entiendes, ¡no quiero que estés aquí!

-¡deja de gritarme Tony! -lo aparté fuertemente de un empujón.

Tony me devolvió el empujón de forma bruta, y así se lo volví a dar de la misma forma hasta comenzar una pequeña pelea, en la cual con su fuerza terminó botandome al suelo, yo apoyé mis palmas para no caer.

-deja de joderme. -me habló con sus puños apretados.

-pensé por un segundo que podrías cambiar la mierda de hermano que eres. -miré hacia abajo frunciendo el ceño.

-¿que te hace pensar eso? Yo te lo dije, eres tonta Arleth.

-¡ugh deja de insultarme! -me molesté con ira.

Me levanté para darle un golpe, pero Tony en un movimiento golpeó mi estómago, justo en la parte de mi costilla.

Me toque el lugar mientras caía de rodillas intentando calmar la punzada enorme que sentí en ese momento.

-mierda... -se agachó- Arleth, ¿estas...? -le di un puñetazo en su mejilla antes de que me siguiera preguntando algo.

Me levanté del suelo para no quedarme más tiempo ahí y caminé hacía la puerta de entrada de forma rápida no antes sin tomar las llaves.

-oye, oye... -escuché la voz de mi madre que me hizo voltear justo cuando abrí la puerta- ¿dónde vas?

-¿si quiera te importa? -la miré molesta.

Ella estaba en su pijama cruzada de brazos, con ojeras enormes y ojos cansados.

-no. -fue clara con esa mirada apagada y cruel- pero estas en mi casa, no quiero gritos de tu parte, me acabas de despertar.