Historias de Mamá Stiles

XXIV: Derek cuenta dos historias.

Fecha de publicación: 09/09
(Por favor, avisenme si hay algún error ortográfico)

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- ¡Y recuerden hacerle caso a papá Derek en todo! - es lo último que grita Stiles antes de que Erica encienda el motor de la camioneta y se pierdan por el bosque.

El alfa suelta un suspiro, sus betas habían decidido salir a "una fiesta" y Stiles fue arrastrado con ellos. Por supuesto que él estuvo invitado, pero prefería quedarse con los niños, rechazó completamente la idea de dejarlos con Melissa o con el sheriff, no porque no confiara, si no porque no lo creía correcto.

Al principio, los niños se negaron, no querían saber nada sobre la idea de pasar toda una noche lejos de Stiles, Peter fue el encargado de hablarlos y convencerlos para que no hicieran berrinche. Tampoco el castaño ayudaba mucho, fue el primero en negarse a salir, no queriendo apartarse de los cachorros, él tuvo que convencerle para que fuera y se olvidara, por una noche, de los pequeños.

- Tengo hambre - suelta Jackson -. Grandulon, dame comida - exige.

- Esta será una larga noche - suspira mientras ingresa a la casa con Liam en brazos y los demás niños siguiéndolo.

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El mayor nunca fue bueno cocinando, sus betas se lo repetían a diario, por eso intentó dar su mayor esfuerzo a la hora de prepararle la cena a los cachorros, supo que consiguió preparar una comida aceptable cuando Jackson probó el primero bocado y no le dijo nada. El pequeño Whittemore siempre tuvo el paladar delicado, ya se como niño o adolescente, si alguna comida no le gustaba entonces no la comía o pedía que prepararan otra, siendo Stiles el que cumplía sus caprichos.

- ¿Qué haremos hoy? - pregunta Isaac.

- Ustedes dormirán mientras yo termino de leer un libro que empecé hace unos días - responde, causando la mala mirada de tres de los cachorros -. ¿Y ahora qué?

- Pops no está, no vamos a dormir temprano - dice Theo -. ¡Podemos ver una película! - exclama.

- ¡Leoncito rey! - Liam golpea la sillita con emoción, tirando un poco de su comida al hacerlo.

- No, nada de películas - sentencia -, pero, si quieren, puedo contarles una historia - ofrece.

- ¿Tú sabes contar historias? - Jackson lo analiza de arriba a bajo -. Me sorprendes grandulon - sonríe.

El mayor evita, realmente evita, gruñirle al niño o golpear su cabeza como cuando era un adolescente. Jackson siempre tuvo esa hermosa manera de ser que hacía que su paciencia desapareciera por completo, ahora que era un niño era un poco más llevadero, pero ya estaba preparándose mentalmente para cuando volviera a la normalidad.

- Si Jackson, se contar historias - suspira -. Hagan una carrera, el primero que llega al cuarto puede pedirme lo que sea.

Los tres niños mayores salieron corriendo hacia las escaleras, Derek sonrió un poco y giró para ver a Liam, quien lo observaba sonriente. El bebé parecía estar desarrollando sus sentidos de lobo con total normalidad, lo único que parecía dificultarle era el manejo de sus colmillos, pero nada en lo que el alfa no pudiera ayudarlo.