-𝟖- 𝓢𝓮𝓷𝓽𝓲𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸𝓼 𝓸𝓬𝓾𝓵𝓽𝓸𝓼

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Hoy no tenía conciencia de mí misma, me sentía perdida, mis pensamientos están dedicados únicamente a esa imagen mental. Su mano sobre la mía mientras nuestros dedos se enredaban deseosos el uno por el otro, fue apenas ayer lo que había pasado y aún así no se me quitaba de la cabeza, realmente no sabía que significaba ¿Siquiera significaba algo en específico? Tal vez yo misma era la que se invadía la cabeza de confusión y preguntas.

Gracias a estas nuevas emociones confusas que invadían mi cabeza pude hacer la tarea que nos había mandado la maestra de Literatura. Se trataba de redactar una historia o poema de un tema cualquiera, por alguna razón mi mayor inspiración para algún tema fue sobre el amor.

Así me dediqué toda la tarde del domingo a escribir un poema sobre eso que yo creía de lo que trataba el amor.

Veo el amor como algo superior a nosotros, algo difícil de explicar qué tal vez se podría expresar mediante palabras, versos y prosas tal y como lo hicieron grandes poetas. El amor inspira, pero yo aún no sé si lo que me inspiró a hacer este poema fue el amor o la propia indecisión.

Casualmente hoy a primera hora me tocaba literatura con la maestra Rose Marie y mis malos hábitos se dejaron notar cuando había ignorado completamente la alarma de mi reloj por más de media hora. Por esa razón y no por primera vez me encontraba corriendo por los pasillos de la escuela tratando de que los libros que llevaba en mis brazos no cayeran.

—Otra vez tarde, _____? Esto ya es el colmo!—gritó el conserje cuando pasé frente a él.

—Sabes que yo no controlo mis siestas, las siestas me controlan a mí!— grité mientras seguía corriendo a toda velocidad.

Vi que la puerta del salón de literatura aún estaba abierta así que como si se tratara de Indiana Jones corrí como si de eso dependiera mi vida.

Cuando llegue a la puerta casi sentí que perdía el equilibrio así que me sostuve del marco de la puerta y las palabras de mi boca salieron disparadas:

— Siento llegar tarde, le prometo, en serio le prometo que es la última vez, la alarma no sonó—dije tragando grueso.

Mentirosa.

Si lo soy pero es una mentira piadosa.

— _____, en verdad creo que llegaste en el momento indicado— dijo la mujer empujando sus gafas hacía sus ojos— Estaba apunto de pedir a un voluntario para que leyera su redacción y cómo llegaste creo que quiero que seas la voluntaria del día de hoy.

Me sentí desvanecer, que vergüenza!!! ¿Como haría algo así? Leerla frente a toda la clase? Eso no me lo esperaba, creia que eso se quedaría entre yo y esa hoja de papel.

No pienso leerla, claro que no! También tengo derechos y perfectamente podría negarme o salir corriendo. No lo haré.

—Claro—dije con una sonrisa nerviosa.

Idiota.

Mis piernas temblaban cuando me dirigía a dejar mi mochila a mi pupitre. Saqué mi cuaderno y busqué el famoso poema.
Santo de los torpes por favor ayúdame a que mi boca no se trabe y si se puede que mis piernas no se enreden. Gracias.

Finalmente estaba frente a todos, me miraban espectantes entre ellos Samantha que trataba de aguantarse la risa, maldita, se seguía así yo también me reiría y ese sería mi fin. Recorrí un poco más la mirada y me encontré con Louis quien nisiquiera me miraba como los demás, mordía su lápiz mientras observaba por la ventana.

—Cuando quieras...—dijo la maestra.

Aclaré mi garganta y empezé.

En mi vida jamás habría imaginado que el amor sería como una gota de lluvia.
Cuando cae sobre tu piel sientes el frío envolvente recorrer por todo tu cuerpo, así como la ilusión del primer amor, pero se desvanece tan rápido deslizándose entre tus dedos,convirtiéndose en un simple recuerdo.
Dime que me amas.
Y te diré que te amo.
Dime que mi corazón es tuyo.
Y te diré que es tuyo.
Dime un adiós.
Y te diré un adiós.
Porque así funciona.
Tal vez en algún momento también será necesario que nos desvanescamos como una gota de lluvia.

♬ Sweet Bad Boy ♬ Louis Partridge ♬حيث تعيش القصص. اكتشف الآن