-𝟏𝟖- 𝓜𝓪𝓭𝓻𝓮, 𝓮𝓼𝓽𝓸𝔂 𝓽𝓻𝓲𝓼𝓽𝓮

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Se había hecho de noche muy pronto y el viento empezó a soplar fuertemente contra mi rostro y contra el rostro de Louis. En ese momento estábamos caminando hacia mi casa, donde seguramente esperaba mi madre furiosa pues ya eran las nueve de la noche exactamente, claro que estaría enojada, ni siquiera avisé que llegaría tarde, tampoco tenía su permiso, pero, valió la pena. Durante toda la tarde estuve con Louis, casi ni siquiera hablamos en todas esas horas, pero eso no era necesario, todo lo que hacía hasta este momento eran las cosas más dulces que jamás vi hacer a este malhumorado, y me sentía como una niña pequeña, admirada por cosas tan simples pero que significaban demasiado.

Mientras reflexionaba sobre el día de hoy, el viento volvió a azotar contra mi cara.

Él se empezó a reír por la forma en la que todo mi cabello estaba en mi rostro por el viento, traté de acomodarlo pero como el viento aún soplaba era aún más complicado hacerlo.

— No te burles, no sabes lo difícil que es tener cabellera larga, tonto— dije enojada, lidiando todavía con mi cabello.

— Ya deja de lloriquear— dijo con una voz suave.

Se incorporó frente a mí y acomodó mi cabello hasta dejar todo fuera de mi rostro. Lo miré confundida cuando empezó a sacarse una de sus pulseras negras, llevaba muchas de ellas en la mano derecha, eran de las que estaban tejidas pero todas tenían diferentes estilos, y en la izquierda llevaba una más gruesa que era de cuero y por supuesto, negra.

— ¿Qué haces?— pregunté.

Se puso detrás de mí y tomó mi cabello con delicadeza, entonces supe que me estaba haciendo una coleta, supongo que con la pulsera que de sacó antes.

— Solucionar tus problemas, babosa— soltó con dulzura.

Volvió a tomar mi mano y seguimos caminando en silencio por la calle oscura, únicamente iluminada por un poste de luz que parpadeaba en todo momento. Nuevamente me relaje. Cuando empecé a admirar el paisaje nocturno, entonces Louis empezó a tararear una canción que no reconocí, no quise interrumpirlo así que lo seguí escuchando durante todo el camino.

Después de caminar unas cuantas cuadras, finalmente llegamos a mi casa. Ahora estábamos frente a mi puerta, mirándonos sin decir nada, la verdad aún no quería despedirme.

— ¿Como te encuentras ahora mismo?— dijo repentinamente— Aún veo tus ojos tristes.

— Los ojos no mienten, ¿Cierto?— dije con una sonrisa cansada.— En este momento estoy pasando un momento difícil, no solo por lo de Jared.

Cuando mencioné ese nombre su mandíbula se tensó.

Hice una pausa y volví a hablar:

— Hoy fue un día de muchas emociones— reí de forma irónica— Pero quiero quedarme con las emociones positivas.

Acarició mi rostro suavemente y se acercó para besar mi frente.

— No sé que más fue lo que te pasó, pero quiero decirte que a partir de ahora estaré contigo, para que nada ni nadie te lastime— dijo— Y si yo llego a lastimarte nuevamente, me alejaré para no hacerlo más. Lo único que quiero es que estés bien.

Lo abracé, ¿en verdad este era Louis? Donde se fue el Louis Partridge cruel y malhumorado de siempre, ¿Yo he creado este nuevo ser de luz?

— Bueno entra ya a casa, la madre superiora te debe estar esperando con agua bendita para tu exorcismo— dijo bromeando.

Me equivoqué, ya volvió el viejo Louis.

— Muy gracioso— dije seria tomando la manija de la puerta.

♬ Sweet Bad Boy ♬ Louis Partridge ♬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora