Wei Ying y Jiang Cheng se encontraban en la situación de representar a su secta en la competencia anual de Laling Jin, donde debían demostrar sus destrezas en las seis artes.
A pesar de que esta competencia era una tradición para evaluar el progres...
Un velo gélido y silencioso se extendía sobre la secta Gusu Lan. La brisa, como un suave susurro, rozaba los rostros de los discípulos que se levantaban antes del alba para iniciar su ardua jornada. En el horizonte, una tenue línea naranja anunciaba la inminente llegada del sol, que poco a poco se elevaba, tiñendo el cielo de un cálido tono anaranjado. Las aves, con sus melodiosos cantos, saludaban al nuevo día, creando una atmósfera de paz y serena armonía.
Los primeros rayos de sol se colaban entre las ramas de los árboles centenarios, que adornaban los impecables jardines de la secta. Las flores, aún adormecidas, comenzaban a abrir sus pétalos, revelando una paleta de colores vibrantes que contrastaba con el blanco puro de las paredes y los techos. En la lejanía, se podía escuchar el sonido del agua fluyendo del río que bordeaba la secta, un sonido relajante que invitaba a la meditación.
Los discípulos, con sus túnicas blancas impecables, se dirigían a los diferentes pabellones para iniciar sus clases. Algunos se reunían en el salón principal para escuchar las enseñanzas del maestro Lan Qiren, mientras que otros se dirigían al campo de entrenamiento para practicar sus habilidades con la espada. En el aire se respiraba un ambiente de disciplina y dedicación, un reflejo de los valores que se inculcaban en la secta Gusu Lan.
La mañana se llenaba de una expectación inusual en la secta Gusu Lan. Un aura de solemnidad y alegría se respiraba en el ambiente, pues esa mañana se esperaba una visita muy importante. El propio líder Lan con su porte elegante y majestuoso, se encontraba en la entrada principal de la secta, listo para recibir a los distinguidos invitados.
Los visitantes no eran otros que el líder Jiang Fengmian de Yunmeng y sus hijos, Jiang Yanli, Jiang Cheng y Wei Wuxian. Los jóvenes, de edades similares a las de los hijos del líder Lan, despertaban la curiosidad y el interés de los discípulos de Gusu Lan.
El líder Jiang era un viejo amigo del líder Lan, ambos habían compartido experiencias y aventuras en su juventud. Se apreciaba un profundo afecto y respeto mutuo entre ellos.
Los jóvenes, por su parte, se mostraban intrigados por la legendaria secta Gusu Lan, conocida por su estricta disciplina y sus excelsas técnicas de cultivación. Observaban con atención cada detalle del lugar, desde la imponente arquitectura hasta la impecable pulcritud de los jardines.
El encuentro entre las dos familias prometía ser un evento memorable, una ocasión para fortalecer lazos comerciales entre las sectas Yunmeng Jiang y Gusu Lan.
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—Bienvenido líder Jiang— el líder Lan saludó cortésmente —Adelante son bienvenidos — con su mano hizo un gesto, indicando que podían ingresar.
—Gracias, líder Lan— Jiang Fengmian devolvió el saludo con una sonrisa, Jiang Fengmian y sus hijos cruzaron el umbral, seguidos por un séquito de discípulos de Yunmeng Jiang. A su paso, los discípulos de Gusu Lan se inclinaban en señal de respeto, manteniendo un silencio ceremonioso.
