Wei Ying y Jiang Cheng se encontraban en la situación de representar a su secta en la competencia anual de Laling Jin, donde debían demostrar sus destrezas en las seis artes.
A pesar de que esta competencia era una tradición para evaluar el progres...
Los días pasaron, ambos jóvenes maestros de Yunmeng , entrenaban arduamente para dar lo mejor de sí en la competencia, querían dejar en alto el nombre de su secta, ambos estaban inicialmente confundidos y algo temerosos, por el simple hecho de ser donceles, muchos intentaban menospreciarlos o intentar sobrepasarse con ellos, claro que ellos se defendían y demostraban que no eran los débiles como decían, eran fuertes y talentosos con su cultivo.
En Muelle de Loto, quienes conocían a la familia principal de la secta sabían que sus jóvenes maestros eran fuertes y decididos, los habían visto crecer, jugar y hacer travesuras, ellos no se molestaban ante la idea que el heredero de secta y futuro líder sea un doncel al igual que el discípulo principal.
Ellos no estaban en la posición de juzgar, ellos parecían más que felices ante la idea de que ellos, como donceles, los lideraran, los pobladores conocían los malos tratos que se daban a las personas que lo eran, y sus jóvenes eran un claro ejemplo de superación, por ello los estimaban y daban su completo apoyo.
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El día en que debían emprender el viaje a Lanling llegó, el líder y sus tres hijos irían, Madme Yu se quedaría al cuidado y supervisión de la secta, porque aún había algunos discípulos por disciplinar, por lo que optó por no asistir y quedarse a entrenarlos, sabía que sus hijos darían lo mejor de ellos y llevarían honor a su secta.
La emoción en los jóvenes era evidente, no podían negar su nerviosismo, pero con un abrazo de su padre fue suficiente para dejar aquellos sentimientos que les molestaba.
Madame Yu, y sus damas de compañía, acompañarían al líder Jiang y a sus hijos, hasta el muelle, donde los esperaba un barco para su traslado a la secta Jin.
—A-Cheng, A-Ying, pórtense bien y no hagan travesuras, A-Li cuida a tus hermanos y procura que no se metan en problemas — Madame Yu, ordenó con el ceño fruncido — Cuídense mucho y cuiden a su padre — abrazó a sus hijos, extrañaría a sus traviesos hijos.
Los jóvenes asintieron y también abrazaron a su madre.
— Mi señora, por favor cuídese — Jiang Fengmian tenía un sonrojo no muy notable, pero era encantador a los ojos de Madame Yu.
— Claro que lo haré — Madame Yu sonrió divertida al ver a su esposo actuar como un adolescente.
— Está bien — El líder Jiang sonrió a su esposa y subió al barco.
— Adiós mamá — Wei Ying se despidió de su madre ya desde el barco.
— Más te vale portarte bien Wei Wuxian, o te azotaré con Zidian!!! — gritó la mujer, Madame Yu sabía lo traviesos que podían ser sus hijos, a pesar de que ya no eran pequeños, seguían haciendo de las suyas por toda la secta.
Al instante, Wei Ying escondió la cabeza, solo para escuchar la risa burlona de su hermano, hizo un puchero en protesta.
— Adiós mamá — Jiang Cheng también asomó su cabeza fuera del barco para despedirse de su madre, pero, recibió la misma advertencia que su hermano.
