Wei Ying y Jiang Cheng se encontraban en la situación de representar a su secta en la competencia anual de Laling Jin, donde debían demostrar sus destrezas en las seis artes.
A pesar de que esta competencia era una tradición para evaluar el progres...
El doncel despertó muy desorientado, debido a eso tardó unos segundos en enfocar la vista y poder ver a la persona que estaba frente suyo. Cuando vio a Wen Ruohan naturalmente su corazón se agitó y los nervios hicieron acto de presencia, pero al recordar la situación que estaban viviendo a causa de él, la cólera lo invadió por completo.
Wen Ruohan se veía tranquilo, parecía satisfecho y hasta convencido de su victoria absoluta, pero adelantarse a una situación que aún no ocurría era si duda un gran error.
El doncel había perdido la cinta con la que ataba su cabello, lo que provocó que este cayera en cascada sobre su rostro. Él, se veía un poco pálido y con notables ojeras bajo sus ojos, como si en realidad hubiese estado despierto todo el trayecto y por tanto tiempo y no inconsciente como realmente estuvo.
— Yo siempre gano, ahora puedes verlo — sonrió, dirigiendo su mirada hacia el doncel — En este instante tu familia ha de estar muerta y toda tu secta reducida a cenizas — cambió el semblante de su rostro por otro más serio y casi enojado — Todo esto hubiera sido evitado si te casabas conmigo como se te ordenó, pero decidiste ¡¡escapar!! — gritó enojado. Enderezó sus brazos y los sacudió, colocándolos tras su espalda.
— ¡¡Usted es un monstruo!! jamás me casaría con alguien así — gritó el doncel molesto y mirando al Wen con cara de asco.
— ¿Lo soy? — este preguntó burlesco — Yo no soy quien provocó la desaparición de mi secta — sonrió al ver la cara de desesperación que el doncel poseía.
— ¡¡Usted!! — gritó sin poder contener las lágrimas, la preocupación que sentía era tanta que no podía controlarse.
— Quiero que veas como cada secta del mundo del cultivo va cayendo bajo mis pies, no hay vuelta atrás — el rostro del Wen se mantuvo enojado en todo momento. —Alguien llévelo a las mazmorras —habló a uno de los guardias que cuidaban la puerta del gran salón — Denle un trato especial — sonrió.
Wei Ying intentó soltarse, forcejeando con el guardia, fue por ello que el otro guardia también ayudó en su traslado. Caminaron hasta que llegaron a una celda oscura y mohosa, en esta no había más que un poco de paja en el suelo y una criatura muy grande con forma de perro llena de energía resentida, esto aterrorizó al doncel quien se negó a ingresar a aquella celda, a pesar de que usó su poder espiritual, no logró liberarse, pues estaba encadenado y al no haber comido en días se encontraba débil.
El doncel se negó a entrar a aquella oscura y mohosa celda, por ello fue golpeado y arrojado sin piedad, la criatura dentro inmediatamente saltó intentando atrapar a su nueva presa, Wei Ying a pesar de estar encadenado de manos pudo esquivar los ataques y a pesar de recibir algunas mordidas, pudo ponerse a salvo, aquella criatura demoníaca estaba encadenada a un lado de la celda y lo largo de su cadena afortunadamente no llegaba hasta el doncel, esto tranquilizó un poco a Wei Ying, pero en cada momento en que volteaba su mirada hacia aquel ser, su cuerpo temblaba involuntariamente, pues era una criatura de descomunal tamaño, incluso su pelaje era de color negro intenso, poseía patas grandes y garras afiladas, sus ojos eran rojos como la sangre y sus dientes eran alargados y peligrosos, estaba claro que si ese animal se liberaba era capaz de asesinar al indefenso doncel.
El doncel comenzó a sudar y temblar ligeramente, imaginando cosas quizá habían pasado con su secta, su tez palideció, sus ojos se cerraron y su pequeño finalmente cedió y cayó al suelo de golpe, ocasionándole un moretón en la frente, al parecer su energía espiritual había sido bloqueada, esto provocando que el doncel no pueda recuperarse con mayor rapidez.
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