LA LLAVE - POPE HEYWARD (PARTE 01)

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Los gritos de Sarah y John B eran lo único que se escuchaba en la casa de este último. Me acerque al cobertizo, allí, Pope estaba limpiando la llave que había encontrado en casa de su bisabuela. Mirando a través de la lupa. Me acerqué a él, le rodeé la cintura con los brazos y apoyé la cabeza en su hombro.

— ¿Qué haces, cerebrito? — pregunté mientras dejaba un beso en su mejilla.

— Intentar quitarle toda la suciedad a esto — responde. Gira la cabeza y me mira, dejando un corto beso en mis labios — ¿Qué hay de ti?

— John B y Sarah estaban discutiendo, así que, lo mejor era salir de ahí — digo entre risas.

Me senté en uno de los troncos de madera que había por allí sueltos y me quedé mirando a Pope mientras seguía concentrado en la llave. Este, rascaba en el dibujo de la cabeza y tenía la lengua por encima de su labio. Por un momento perdí la noción de la realidad mientras le miraba, los hilos de mis pensamientos se dirigieron a la otra noche, en la que hicimos una fiesta en honor a John B y Sarah. Tiempo después Pope y yo nos separamos del grupo para tener, ya sabéis, nuestro momento de intimidad. Cogimos la lancha y pusimos rumbo a la playa. Encendimos una hoguera, colocamos una manta, formando como un pequeño picnic y nos dejamos llevar por las caricias, besos y pasión. Bajo el cielo oscuro plagado de estrellas de Outer Banks. Pensar en ello me saca una sonrisa de oreja a oreja. Me meto un mechón de pelo detrás de la oreja y centro la mirada otra vez en Pope.

— Amor, ¿me estás escuchando? — dice mirándome con una ceja levantada.

— ¿Has estado pensando en ello?

— Amm, ¿pensando en qué? — pregunta mientras vuelve a dirigir la mirada a la llave. Como respuesta, entrecierro los ojos — Ah, bueno... — dice nervioso — Pues sí, claro. Pienso en ti a diario desde hace años así que, sí, he pensado en ello.

— Es que fue perfecto, ¿verdad? — digo mientras me muerdo el labio inferior y sonrío. Él levanta la vista de nuevo — con la luna, la playa, la hoguera.

— Sí, fue una gran noche — habla con el pañuelo y la llave en la mano, saliendo de detrás de la mesa en la que está trabajando y apoyándose en esta.

— Siento que nada en la vida podría haberlo hecho más perfecto — gesticulo con las manos mirando a un punto fijo.

— Sí y toda la noche antes de eso fue... super divertida. Bajo las estrellas.

— Sí, ósea... — respondo rascándome la ceja, nerviosa — fue wow.

Pope suelta las cosas en la mesa y se agacha a mi altura. Me tiende la mano. Lo miró con las cejas un poco fruncidas pero aún así acepto. Me levanta y rodea mi cintura con sus brazos, pasando los míos por su cuello. Se deja arrastrar hasta que su cuerpo choca con el filo de la mesa, quedando medio sentado.

— Y no le parecería bien a la señorita, no sé, ir por ahí a cenar y después...

— Y después... — digo dejando caer la frase y rozando su nariz con la mía.

— Tal vez, podamos ir luego a mi casa y...

— Ajá, qué más... — le continuo el juego.

— Y pasar un buen rato, los dos solos... — dice pasando su pulgar por mis labios.

— ¿Quiere usted repetir lo de la otra noche, caballero? — pregunto.

— Tal vez, ¿quiere usted repetir lo de la otra noche, señorita?

Estaba a punto de juntar sus labios con los míos cuando mi hermano aparece gritando.

— ¡Eh, Pope!, cuidado donde le pones las manos a mi hermana — ambos nos separamos para mirarlo.

ONESHOTS - OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora