ONESHOTS - OUTER BANKS

ROJO, AMARILLO, VERANO - RAFE CAMERON & JJ MAYBANK (PARTE 01)

No se hablaba de otra cosa en los pasillos. Daba igual por donde fueras caminando. Siempre había alguien con el nombre de la maldita fiesta en la boca. Estaba empezando a cogerle asco, la verdad. No porque no estuviera invitada, de hecho, las palabras textuales del papelito que llevaba pegado en mi taquilla más de dos días era: «prohibido rechazar la oferta». Sino porque a esa maldita fiesta había que ir acompañada. Y yo quería ir con alguien en especial. Quería ir, nada más y nada menos, que con el que organizaba la maldita fiesta. Quería ir con Rafe Cameron.

Pero la suerte no estaba de mi lado. Rafe Cameron era uno de los chicos más populares del instituto. Del instituto y de la isla. Junto a sus mejores amigos, JJ, John B y Topper. Los cuatro eran el grupo del que todo el mundo hablaba. Del que todo el mundo tenía envidia. Eran los mejores surfistas de la isla y los más guapos. Eran la cúspide de la pirámide y, bueno, yo... yo no era más que una de las bases. No tenía nada que hacer para que se fijara en mí.

Kiara llega a mi lado justo cuando los cuatro chicos aparecen por el pasillo. El silencio se hace en cuanto uno de ellos pone un pie aquí y los otros tres le siguen. Van con sus chaquetas del instituto y hablando entre ellos. Con sus estúpidas y perfectas sonrisas. Rafe posa los ojos sobre mí durante unos segundos. Unos segundos que se me hacen eternos y que hacen que, si ya estaba lo suficiente enamorada de él, ahora lo esté más. Pero no dice nada más. Aparta su mirada y sigue con su camino.

—Hola, Jane —me giro sorprendida al escuchar esa voz. Es la primera vez que se dirige a mí. JJ me saluda con la cabeza, acompañado de su mejor amigo John B. Este también me dedica un gesto de cabeza a modo de saludo.

JJ sonríe al ver mi cara de estupefacción y sigue su camino, unos pasos por detrás de Rafe, que se gira con el ceño fruncido al ver que su amigo me ha saludado con toda la confianza del mundo, como si fuéramos amigos de toda la vida. Noto la mirada de algunas personas sobre mí, pero no puedo apartar los ojos de la cabellera rubia que desaparece por el pasillo. Ni siquiera he sido capaz de devolverle el saludo.

—¿Qué ha sido eso? —pregunta mi mejor amiga, con la misma cara de sorpresa que tengo yo. Me giro a verla, pero no tengo respuesta para su pregunta.

—No tengo ni idea.

—¿Te hablas con JJ Maybank?

—¿Yo?, no. Que voy a hablar yo con él. Kie, por favor.

—¿Entonces? ¿Por qué te ha saludado como si os conocierais de toda la vida?

—No lo sé —murmuro, volviendo a mirar por donde se han ido los cuatro chicos.

No vuelvo a cruzarme con JJ Maybank y su grupo al completo hasta después del descanso. Las horas de antes, no he podido parar de darle vueltas a la cabeza al momento en el que JJ Maybank, el chico más popular del instituto después de Rafe —o posiblemente más popular—. JJ Maybank el mejor surfista de la isla, el chico por el que medio instituto babea y, detalle a destacar, el mejor amigo de mi futuro —lejano, muy muy lejano— novio y padre de mis hijos.

Rafe, JJ y John B entran en el aula en la que yo llevo sentada desde hace diez minutos. Mis ojos se dirigen a Rafe. Como siempre. Su figura es un imán para mis ojos. Para mi suerte —o desgracia porque esto puede ser la causa de mi muerte—, me dedica una sonrisa ladeada. A mí. Solo a mí. Y he hecho un barrido visual, con giro de cuerpo incluido, por toda la clase para asegurarme de que ha sido a mí.

Rafe se sienta delante de mí, como siempre. JJ se sienta a mi derecha y John B a la izquierda, quitándole los asientos a Kiara y Pope. Y esto ya no es como siempre. Miro a mi izquierda, John B no me presta ni atención . Está mandando mensajes mientras mastica un chicle. Pongo una mueca y miro a mi derecha. JJ me mira con una sonrisa y alza sus cejas rubias, finas e incluso mucho mejor hechas que las mías, como diciendo «sí, chica. Disfruta del privilegio de tenerme a menos de dos metros de distancia durante una hora». Miro hacia delante, incapaz de mantener la mirada. Esos ojos azules me pone demasiado nerviosa.