EL REENCUENTRO - POGUES (PARTE 03 FINAL)

1.3K 66 0
                                    

El sonido de la camioneta rompe el sonido de las chicharras. Cleo y Terrance están parados en medio de la carretera. Cada vez más cerca la camioneta. Terrance levanta el cartel de stop y Cleo imita su gesto. Mi hermano, a mi lado escondido, se sube el pañuelo a la cara a modo de máscara. Rafe, Sarah y Ward bajan de la camioneta y siguen sin rechistar las órdenes de Terrance. Despejan el camino y los tres, despacio, se ponen de rodillas. Mi hermano y yo nos miramos. Estamos nerviosos. Un paso en falso y todo se va a la mierda. Agarro su mano y le doy un apretón. Él asiente dándome a entender que está listo. Volvemos a fijarnos en la escena a la espera de la señal. Entre Ward y Terrance comienza a haber una conversación. Nosotros seguimos atentos. En cuanto el padre de los Cameron está completamente tumbado en el suelo, Terrance se gira hasta donde estamos escondidos y nos da la señal.

Mi hermano y yo salimos de donde estábamos escondidos y corrimos en dirección a la camioneta. Cuando estamos a punto de subir la voz de Sarah nos para en seco. Mi hermano con la puerta entreabierta se queda congelado. Mirándola.

— ¡John B! — grita, haciendo que se giren su padre y su hermano — ¡estás vivo!

— ¡Cállate! — intervengo — No te acerques — digo en cuanto la veo levantarse.

— John B, espera por favor — suplica Sarah.

— John B vamos, sube — no reacciona — ¡John B! — no me mira, ni contesta. Está petrificado. Con la mano temblando saco de detrás del pantalón una pistola y apunto — atrás. No quiero hacerlo — mi dedo tembloroso se mueve hasta el gatillo — ¡no te acerques! ¡Quieta! — vuelvo a mirar a mi hermano — John B, por dios, ¡sube de una puta vez!

— ¡Eh!

El grito de Rafe queda opacado por el sonido de un disparo. Un pitido se establece en mis oídos durante una milésimas de segundo y miro mi arma. No he sido yo. Me repito. Enora no has sido tú. Me repito una y otra vez. Con las piernas temblando y el corazón latiendo a mil por hora me deslizo por la camioneta hasta la puerta del conductor. Piso el acelerador y desaparecemos por la carretera.

— ¡Cobarde! — escucho gritar a Rafe, pero no hay quien nos pare.

— Nos siguen — le digo a John B. Intento maniobrar con la camioneta pero es imposible — Pesa demasiado. El oro nos frena.

— ¿No podemos ir más rápido? — pregunta John B mirando detrás nuestra.

— Este cacharro no da más de sí.

— ¿Qué hacemos?

— No lo sé. Agárrate.

— ¿Qué?

Cuando el camino nos obliga a girar a la izquierda piso el acelerador meto marcha y tiramos por una carretera de tierra. La camioneta va sobre dos ruedas durante unos segundos que se convierten en minutos. Cuando conseguimos volver a conducir sobre las cuatro, me meto entre los campos de caña y permanecemos ahí escondidos, mientras nos recuperamos de todo lo que acaba de pasar. Mi respiración acelerada se mezcla con la de mi hermano. Vuelvo a mirar hacia atrás. Los hemos despistado.

— John B — susurro — no vienen, el oro es nuestro.

Miro en dirección a mi hermano. No dice nada y yo tampoco lo hago en cuanto veo sus dedos manchados de sangre. El corazón deja de latirme por unos segundos. Abro los ojos, sorprendida. Aterrada. Las manos vuelven a temblarme de nuevo. No, no, no. Mi hermano no.

— Me han disparado — dice. Ambos nos miramos.

Me quito el pañuelo que tengo atado al cuello y se lo coloco encima de la herida.

ONESHOTS - OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora