LA LLAVE - POPE HEYWARD (PARTE 02)

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Al día siguiente permanecimos en casa casi todo el día. Ayer, tras volver de comisaría, fuimos con Sarah hasta su casa porque le habían llamado con que algo le estaba pasando a su padre. Nos plantamos todos allí en su casa, Sarah preguntó dónde estaba su padre y en cuanto lo supo corrimos todos detrás de ella. Todo lo que pasó a partir de ahí sucedió a cámara rápida. Los policías intentaban hacer entrar en razón a Ward, el padre de Sarah, pero este decía que no, que era el momento de irse. Sarah lloraba y le rogaba a su padre que volviera. Pero el desenlace de esta historia, lo viví a cámara lenta, no me quiero imaginar cómo lo vivió Sarah. Ward dijo unas palabras que no acabé de entender bien por todo el jaleo, pero lo que me dejó impactada fue la explosión. El yate de Ward saltó por los aires, provocando que todos los presentes tuviésemos que cubrirnos. Los brazos de Pope aparecieron alrededor de mi cuerpo a modo de escudo, metí la cabeza en el hueco entre su pecho y el hombro y desee que todo acabase pronto. Instintivamente busqué a mi hermano, que miraba boquiabierto la escena que teníamos delante de nuestras narices. Me separé un poco de Pope y busqué su mano. Él pareció reaccionar ante mi toque y lo acerque a Pope y a mí. Los dos permanecimos en silencio mientras mi hermano me dejaba besos en la cabeza y me repetía lo mucho que me quería. John B no se movió de la misma postura en la que había permanecido desde que había llegado, allí de pie, con la vista fija en el frente, serio y sin mover ni un músculo. Topper apareció corriendo y se acercó a Sarah para darle apoyo.

Así que aquí estábamos mi hermano y yo, sentados en el sofá en silencio. Teníamos que admitir que los sucesos de ayer nos dejaron un poco shockeados. La vida podía darte la vuelta en menos de un minuto y lo de ayer era un claro ejemplo. Mi hermano rompió el silencio después de que su teléfono no dejase de sonar. Me miró, aunque yo no le devolví la mirada, podía sentir la suya encima de mí. Tenía la vista perdida en ningún sitio. El hueco del sofá a mi lado se hundió y unos dedos en mi barbilla girándola me devolvieron a la realidad. Los ojos color cielo de mi hermano, idénticos a los míos, me miraban con algo de preocupación.

— Abi, ¿estás bien? — me preguntó.

— Sí, sí, tranquilo solo que lo de ayer me dejó un poco de mal cuerpo.

— Ya te digo, fue duro.

— No me quiero imaginar como tiene que estar llevándolo Sarah.

— Fatal, ver a tu padre morir delante de ti no tiene que ser una de las cosas que quieras hacer todos los días.

— JJ, por dios — dije entre risas.

— Perdón, perdón — levantó las manos en señal de rendimiento — han roto, ¿lo sabías?

— ¿Cómo?

— John B y Sarah, han roto.

— Joder.

El silencio volvió a consumirnos, JJ pasó un brazo por encima de mis hombros y me acercó a él, apoyé la cabeza en su pecho y escuché el sonido de su corazón. El resto de la tarde nos quedamos así hasta que Kiara nos llamó diciendo que fuéramos a beber unas cervezas para animar a John B. Así pusimos rumbo hasta la casa del recién nombrado.

Cuando llegamos Pope y John B estaban tumbados en el barco, mirando al cielo. No oíamos desde aquí de lo que hablaban pero les rodeaba un aura de tristeza. Mi hermano cogió un par de cervezas de la caja que había traído Kiara y llamó la atención de ambos.

— ¡Ahí van! ¡a ver quién las coge! — dijo tirando las cervezas hasta donde estaban los chicos.

— Que reflejos — soltó Kiara al ver que Pope la había atrapado a medio levantarse.

— Ahora él, ¡ahí va!

— ¡Devuelve! — dijo John B poniéndose de pie.

— Me vale.

ONESHOTS - OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora