ONESHOTS - OUTER BANKS

TINIEBLAS - RAFE CAMERON

Estoy confundida. No sé qué pensar. De hecho, si me paro a pensar, no encuentro nada más que un montón de nudos en mi cabeza de pensamientos los cuales no llegan a nada en concreto. Creo que me gusta Rafe. Y no sé si a él también le pasa lo mismo porque me manda señales contradictorias que no sé cómo tomármelas. Y luego está John B, que lo siento más lejos que nunca desde que Rafe y yo nos volvimos más cercanos. Muchísimo más de lo que ya lo éramos.

Supongo que tú ahora mismo te sentirás igual que yo. Perdida y confundida. Pues bien, como nos hemos encontrado en estás líneas y estamos demasiado espesas como para comprender mis sentimientos, voy a contarte la historia desde el principio. O al menos voy a intentar hacerlo lo mejor posible para que al final de este embrollo de emociones, que me abordan en este momento, sea capaz de ponerles nombres.

Así que, espero que me ayudes a comprenderlo. Ahora mismo solo puedo mirarlo a él y ser incapaz de apartar la mirada de su figura. Pero también siento la mirada de él sobre mí porque estoy mirándolo y no soy capaz de girar la cara para mirarlo a él y pedirle una explicación de porqué está así con nosotros. Pero en especial con él. Con Rafe Cameron. Bienvenidos a mi historia de amor con el amor o, mejor dicho, a mi intento de historia de amor con el amor. Porque no nos entendemos. O yo no sé entenderle a él.

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Verano del año pasado.

—Lucy, joder. ¡Espera! —escucho a John B gritar detrás de mí.

—No quiero saber nada.

Sigo andando sin ni siquiera girarme a ver a qué distancia está de mí. El corazón me va desbocado y siento que me voy a poner a llorar en cualquier momento. ¿En qué momento se le ocurrió esa idea de mierda?. No quiero ni pensarlo porque pensarlo hace que duela más y no quiero que me duela más. Quiero hacer que el dolor desaparezca y si puede ser, no verle la cara al que era mi mejor amigo —y algo más— en un tiempo.

—Espera —dice alcanzándome y agarrándome del brazo para que pare. Nos quedamos uno frente al otro. Me cruzo de brazos y aparto la mirada de él. John B deja caer los brazos a ambos lados de su cuerpo.

—¿Qué? —necesito acabar con esto ya.

—Siento mucho lo que he hecho. De verdad, Lucy. Estaba acojonado y en su momento me pareció buena idea —se me escapa una risa incrédula.

—¿Buena idea? —él cierra la boca y espera a que siga hablando— ¿Te pareció buena idea ponerme celosa con una de mis amigas para ver si estaba enamorada de ti?

—Yo...

—Sabes, John. Me enamoré de ti desde el momento en el que te caíste del triciclo que había en el patio del colegio. Me miraste con esos ojos color avellana llorosos y el labio haciendo un puchero y caí en ti. Aunque éramos chicos y no entendía nada de eso. Aun así, no pude parar de buscarte para ver si estabas bien cada vez que te subías a ese cacharro. Y conforme fuimos creciendo, ese sentimiento también lo hizo y cada vez que nos separábamos en verano lo pasaba fatal porque lo único que quería era iniciar el curso para que pudiéramos ser amigos.

—¿Qué? —John B se acerca aún más a mí. Se ve afectado. Mierda. Tal vez no tenía que habérselo dicho—¿Estás de coña?

—No.

—¿Por qué coño no me dijiste nada? —pregunta, enfadado.

—Porque creí que para ti no era nada. Después de las dos veces que nos acostamos solo te veía hacerle ojitos a Sarah y coquetear con ella.

—¿Qué? ¡No! Lucy, eso no es así —me dice, sujetándome por los hombros.

—Oh, ya lo creo que lo es.