CARAS DEL PASADO - JJ MAYBANK

4.4K 116 40
                                    

— Creo que es suficiente por hoy, chicos — les dije a mis compañeros de banda.

Mis compañeros me dedicaron un asentimiento de cabeza y empezaron a guardar sus instrumentos. Había sido una tarde dura de ensayo. Kie me espera apoyada en las butacas del salón de actos con los brazos cruzados sobre su pecho. Me mira orgullosa. Bajo de un salto del escenario y me acerco a ella. Después de clases, desde navidad, me quedo a ensayar con la pequeña banda del instituto.

Los chicos me obligaron a apuntarme cuando se enteraron que iban a realizar un concurso de talentos a finales de curso. En un principio no lo veía muy claro, de hecho, me costó muchísimo adaptarme. Sufro de pánico escénico desde hace un año. Mi ex novio, JJ Maybank, le apasionaba la música tanto como a mí. Cantábamos juntos siempre que podíamos, daba igual el sitio y lo que tuviéramos a alrededor, él siempre encontraba cualquier cosa con la que marcar el ritmo. Siempre estábamos en los karaokes que solían poner en las fiestas de cumpleaños de nuestros amigos o sin saber como, JJ se hacía con una guitarra y siempre acabábamos rodeados de gente que estaba allí. La gente sabía que estábamos juntos y que era algo que nos caracterizaba a los dos.

Pero entonces un día JJ tuvo que irse de Outer Banks, dejándome a mí detrás. No quiso luchar por nosotros, no quiso intentar una relación a distancia y acabamos dejándolo. Me quedé destrozada. Me dolió saber que no quería luchar, que fuese desde el principio pensando que una relación a distancia nunca salía bien. Me hizo pensar que tal vez no me quería lo suficiente. Y desde ese momento tuve que dejar de cantar. No podía hacerlo. Cada vez que me sentaba en una fiesta los recuerdos me atormentaban y lo veía a mi lado sonriéndome con esos ojos azules llenos de brillo. Mirándome de esa manera especial que tenía cuando tocaba la guitarra y me dejaba cantar a solas mientras él me hacía las armonías. Entre nosotros había magia cuando tocábamos. Algo se creaba en aquel momento y desde que se fue sin darme apenas explicaciones, aquello se esfumó. Y no me vi capaz de retomarlo sola.

Habían sido unos meses duros. Nuestra relación había sido muy intensa y nos queríamos muchísimo. Mis amigos lo intentaron todo por mí, por verme mejor, más feliz. Pero yo no daba mi brazo a torcer y no me dejaba ayudar. Me pasaba las semanas encerrada en mi habitación, sin querer hablar con nadie. En el pecho sentía que se me clavaban miles de cristalitos cuando respiraba. Había sufrido tanto desde finales de verano que no me veía capaz de salir de aquel pozo. Me sentía mal conmigo misma y no paraba de echarme las culpas constantemente sobre lo que pasó. No volví a llamarle, no volví a escribirle, aunque ganas no me faltaron. Cada vez que acababa borracha le suplicaba a Kie que por favor me dejase llamarlo, quería escucharlo decir que era lo que le había hecho pensar que no seríamos capaces de sacar una relación a distancia adelante. Quería escucharle decir que no me quería, aunque aquello me destruyera aún más de lo que estaba.

Kie no soportaba verme así, así que una tarde, un mes después de que las clases empezaran, me sacaron de la cama y me llevaron a un psicólogo. Estuve un par de sesiones sin abrir la boca. Si no era capaz ni de contarle lo que me pasaba dentro de mi cabeza a mi madre, ¿cómo iba a ser capaz de contárselo a un desconocido?. Pero mi psicólogo no dejó de insistir y por fin acabé rompiéndome del todo. Necesitaba terminar de romperse para poder coger los pedazos y formar una nueva yo, completamente distinta a la que era en verano. Y poco a poco, fui siendo más yo de nuevo. No fue fácil, de hecho aún sigo recayendo pero cada vez dolía menos. Necesitaba soltar la sombra de JJ, necesitaba que su fantasma dejase de atormentarme, a pesar de que no terminásemos lo nuestro como se debía, pero me tenía que hacer la idea de que JJ no iba a volver y que no iba a llamarme para darme las explicaciones que necesitaba.

El terapeuta me dio una guía para que pudiera volver a cantar, que era lo que más me gustaba en el mundo. Me dijo que tuviera paciencia que esto no era fácil y eso hice. Me tomé mi tiempo para volver. Al principio lo hacía sola, luego fui colocando muñecos que tenía por casa, pasé a sustituirlos por mi madre y mis amigos. Y así estuve alrededor de medio año. Me costaba muchísimo, no todo sanaba tan rápido. Y entonces el verano llegó y me sentí muy contenta con los progresos que estaba consiguiendo. Me sentía muy contenta conmigo misma por como estaba superando mis propios obstáculos.

ONESHOTS - OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora