Capítulo 27

1K 78 4
                                    

Harry está esperando a que hable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry está esperando a que hable. Luce impaciente, tan confundido como un niño que busca respuestas. Sus ojos esmeraldas se pasean por cada parte de mi rostro, mientras yo no dejo de guardar en mi mente el suyo, porque se siente como si fuese la última vez que lo veré en mucho tiempo.

Tomo una inspiración profunda al tiempo que cierro los ojos para agarrar valor y finalmente decirlo:

—Estuve embarazada —las palabras salen tan rápido como un disparo—. Me enteré el día que te conocí. El mismo día que Chad me engañó. El día que apareció tu abuelo, y él lo supo todo el tiempo, pero me lo confesó antes de morir.

—Me mintió... —deduce.

—No, Harry, no lo hizo. Sólo te ocultó algo porque era mi responsabilidad decírtelo. Lo único que él hizo, fue respetar lo que yo quería, y era que tú nunca supieras, por más absurdo que suene —ahora lo comprendo, y río de lo ridículo que fue evitar lo inevitable—. Yo estuve procesando el hecho de que había algo creciendo dentro de mí. Todo el tiempo tuve miedo y me sentía tan insegura que sólo pude aferrarme a lo único que me daba estabilidad: ustedes. De no haber sido por ti y por tu abuelo, me hubiese desmoronado por completo. Y tú me hiciste sentir tan importante y deseada que me dio terror perder eso cuando te dijera que estaba esperando el hijo de otro.

Harry se frota el rostro con ambas manos, frustrado.

—Es muy injusto. Y es egoísta, Noah.

—¡Lo sé! —un gemido estrangulado huye de mi garganta. Estoy llorando de nuevo—. Pero ya es demasiado tarde. Perdí a mi bebé esa tarde que te vi por última vez.

No me mira. Incluso, se ha dado la vuelta, de nuevo.

—Me gustaría estar solo ahora, por favor —dice, al cabo de unos segundos.

Sus palabras hacen que algo dentro de mí se rompa, y las lágrimas hacen acto de presencia, nuevamente.

No obedezco. En cambio, avanzo hacia él, despacio, hasta instalarme justo detrás. Harry siente mi cercanía y yergue su espalda.

Sorbo la nariz mientras ahogo el sollozo que se construye en mi garganta.

—Yo sé que esto sólo lo empeora todo, pero quiero que sepas cuan arrepentida estoy de haberte ocultado todo esto —añado—. De verdad lo siento mucho.

Harry suspira y asiente.

—Estoy siendo amable contigo, Noah, por favor vete de una vez —me pide, y esta vez sí lo hago.

Salgo del apartamento con el corazón en la mano, hecho pedazos, y los sentimientos a flor de piel. Quiero gritar y al mismo tiempo correr, pero no tengo energías para ninguna de las dos.

El ascensor no responde. Quizás esté ocupado. De cualquier modo, no quiero esperar. Ya no quiero estar aquí.

Decido tomar las escaleras, por muy arriesgado que sea. Comienzo a subir con cuidado, lentamente, y, en el proceso, siento cómo mis piernas comienzan a perder fuerza con cada peldaño subido, hasta que logro llegar a la puerta de Chad, pero sólo alcanzo a tocarla porque mi visión se oscurece de a poco, y de repente no hay suficiente aire.

Todo lo que fuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora