Quiero que me cojan

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Quiero que me cojan.

Hace varios meses que no me dan una buena follada, las ultimas veces fue con mi ex marido con quien de ves en cuando tengo breves encuentros sexuales. Él dice estar enamorado aún, yo la verdad es que no lo tengo muy claro, a veces creo que si, y otras no tanto. Pero seguimos follando de cuando en cuando un poco para aliviarnos mutuamente. Aunque últimamente ese sentimiento de duda no me deja terminar de disfrutar y ando ansiosa por que alguien me coja bien para dejarme llevar por completo. Muchos dirán que es muy raro pero creo que el sexo con un completo desconocido se me va hacer mucho mas placentero que seguir haciéndolo con quien alguna vez fue, o quizás aún sea el amor de mi vida. 

Un poco harta de esta situación y con un sol tremendo donde hace que todo me fastidie aún mas, decido meterme una buena ducha fría, y me pongo guapa. Es como que quisiera salir a casar. Necesito alguien que me folle ya. Pienso en algunas posibilidades, pero todo me aburre. quiero un encuentro casual, mágico, feroz, sin nombres, ni preguntas. !Dios! solo quiero una buena polla que me atraviese y me deje jadeando. 

Me visto con el vestido rojo que alguna vez reserve para un momento hot con mi ex marido. Me queda muy ceñido y tiene un escote muy pronunciado. Mis tetas que modestia aparte son muy grandes y se hacen desear, se lucen bien. Me miro al espejo y pienso que si fuera hombre yo misma me cogería. «Que buena que estoy». 

Termino de vestirme y salgo con un bolso de mano, llevo preservativos, unos kleenex, mis llaves y documentos, la tarjeta de crédito, algo de efectivo y una cuchilla. Así es, no se sorprendan, estaba deseosa de encontrarme a un  caballero que me folle bien pero no me iba a dejar a merced de un abusador. La seguridad ante nada. 

Al salir de casa, veo a mis vecinos sentado en la acera de enfrente y escucho su  murmullo acompañado de unos silbidos.

«!Aj! Que vulgaridad». Están locos si creen que voy a voltear a verlos si quiera. No hay nada que quite mas el libido que un patancito que se crea machito cuando esta en grupo y suelte vulgares piropos o silbidos. «Que corrientes». Sacudo mi cabello aun húmedo y sigo de largo. 

Entonces tomo un taxi hasta la estación del metro. El taxista me rebusca por el espejo, me fijo en sus manos, pero las veo muy toscas así que rápidamente lo elimino de mis posibles cogedores. Me gustan las manos masculinas y delicadas, uñas limpias, perfectamente bien cortadas como para que no me desgarren y grandes, muy grandes para que me cojan bien las tetas.

Llegamos a la estación y el taxista se despide de mi con un , —Adiós, que le vaya muy bien—  y noto como me queda mirando las piernas. —Gracias— y me voy, al menos el tipo parecía decente pero no me interesaba.

Subí al metro esperando poder distinguir algún caballero guapo en esa multitud. Noto que muchos me miran pero nadie que me ponga. Rechazo todas esas miradas. Decido avanzar en busca de algún tipo bueno.  Hasta que veo a uno sentado. tenia el cabello corto y rizado de un castaño claro. Estaba medio adormitado balanceando su cabeza para no caerse. Parecía de unos 32 años. yo tenia 35. Me fijo en sus manos y están limpias y cuidadas. entonces me paro a su costado. El metro va lleno y me aferro a su asiento. Esperaría a que despertara y pudiera sentir mis tetas sobre su cabeza. El tiempo pasa y el tipo no se despierta, estoy apunto de perder el animo cuando el metro para y mucha gente sube. estábamos todos mas apretados. A mi lado se instala un tipo enorme, de cabello oscuro, y barba recién crecida, lleva unos lentes de grandes marcos negros. nos quedamos pecho a pecho y el me sonríe y luego dirige mi mirada al escote. Tenia una sonrisa preciosa con dientes muy blancos, y mi bello durmiente sigue bien dormido. mientras el otro sujeto de unos 40 años me sigue mirando. 

Entonces decido que me divertiré con el. Lo mire de arriba a abajo y no estaba mal. 

Entonces lo mire y sin disimules frote uno de mis pechos mientras le sostenia la mirada, la cara del tipo fue graciosísima,  frunció el ceño y abrió la boca soltando un Ufff. 

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