El esposo de mi madre II

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Catalina en su habitación estaba alucinada. No podía creer que su plan estuviese funcionando a la perfección y en su primer intento.
Le parecía divertido engatusar a su padrastro de esa manera haciéndose la inocente pero se daría el tiempo para hacerlo caer poco a poco y si era posible que dejara a su madre por ella.
Se fijo en el calendario, su Papi estaba de vaciones un mes. Y llevaba en casa menos de una semana, el tiempo era perfecto, aprovecharía las guardias de su madre para provocarlo. Y con mente casi maquiavelica planifico cada paso. Sabía que ha su madre no le temblaba la mano para golpearla he iba usar eso a su favor.

A los dos días, del último incidente, y sabiendo que su madre al día siguiente tenía turno de mañana, llegó pasada la 1:00 am, para esto ella habia llamado a su padrino ha pedirle permiso para salir a una fiesta. Sabia que su madre tenia turno en emergencia y no le iba a contestar el teléfono. Alejandro accedió. Y entonces decidió llegar tarde en compañía de su amigo, se habia tomado unas copitas de más y justo delante de su casa y con las luces aún encendidas del auto comenzó a besar a su amigo, esperaba que su madre apareciera y la maltratara. Pero no aparecía. Bajo del auto y al abrir la puerta. Su madre hecha un demonio la jalo del cabello. Le lanzó improperios y la azoto nuevamente pero esta vez con una correa. Catalina se dio vuelta y se hizo un ovillo sobre el sofá, los azotes cayeron en sus piernas y sus nalgas. Su madre la golpeaba pero ella disfrutaba imaginando lo que haría con los azotes de su madre. Ella grito -mamá, no por favor. No me golpees más.

Salio alejandro
-Margareth!
Su madre se detuvo.
-Mira a la hora que llega y esta borracha y oliendo a marihuana.
-Yo le di permiso para salir.
-Así?
-Si. Déjala en paz. Si vas a corregirla hazlo pero sin maltratarla.
-Alejandro hazme el favor de no meterte y se va.

Catalina seguía sollozando sin consuelo. Alejandro quizo acercarse pero Margareth lo llamo.

-Lo siento pequeña, de verdad, lo siento.

Puta pendeja! Pensó Catalina, ni siquiera deja que el me consuele.
Se marchó a su habitación.

Al dia siguiente muy temprano, su madre golpeo la puerta de Catalina.
-Hazme el favor de levantarte y prepararle el desayuno a Alejandro. Al menos sirve para algo!

A los minutos y después de que Margareth se marchara. Se acerca Alejandro.

- No es necesario que prepares nada hija.
-ves que no me quiere? El único que me quiere eres tu papi.
-cariño... y entra a ala habitación de Catalina. Quien se levanta y destapa. Esta vez estaba con un camisón de tela muy ligera casi translúcida. No llevaba brassier y sus pezones se podían notar.
-Abrázame papi! Y corre hacia el, se pone de puntillas lo coge del cuello presionandose con el.

Alejandro se sintío nuevamente culpable de haberse masturbado pensando en ella y de ahora haberse quedado pegado mirando sus pezones mientras ella sollozaba.

-volvió a golpearme papi

-Ay corazón, no se como puede tratarte así si tu eres una nena tan dulce.

-ella no me quiere. Pero tu si. No papi?

-Si amor. Yo si te quiero-. Dicho esto se le vino unas ganas inusitadas de besar a su hijastra.

-Papi puedes volver a curarme? Me volvió azotar en el mismo lugar, mira- y se levantó el camisón dejando su culo al aire para disfrute de tu padrastro.

-claro amor. Ahora vengo con el hunguento.

Alejandro no se lo podía creer, nuevamente iba a frotar las nalgotas de su hijastra. Estaba deseoso y al mismo tiempo se sentía terrible.

-Aquí lo tengo amor.

Catalina se subió a la cama y se puso en cuatro.
Alejandro se erecto de inmediato. ¿Realmente su hijastra no se daba cuenta de lo inapropiado de esto? No lo podía creer, o tal vez si, estaba confundido.

-Listo papi. Frotame

Alejandro comenzó a huntar el hunguento acariciando suavevemente las nalgas de su hijastra, llevaba un calzoncito rosa diminuto que se perdía entre las nalgas de su hijastra. Se le antojaba ir más allá. La boca se le hacia agua.

-Papi, voy hagacharme un poco para estar más cómoda, ¿Si?
-Tu acomódate cariño
Catalina pego su cabeza en la cama y levantó aun mas el culo.
Alejandro casi se viene de solo verla.
Demonios, es imposible que Catalina no entienda que esto esta mal, entonces decidió parar.

-Listo Catalina,
-Papi pero aun falta.
-Catalina esto no está bien
-¿El que papi?
-Esto. Tu y yo...
-Pero que tiene de malo?
-Catalina tu ya estas grande y yo no puedo estar frotándose así.
-Pero papiiii
-Nada Catalina, tu madre me matara
-Papi yo te quiero
-Y yo a ti, pero...
-Que... me duele papi, te juro que me duele y me arde. Necesito que me ayudes porfavor.

Alejandro se volvió ha conmover
Esta bien, terminare de hacer esto, pero será la última ves.
-Esta bien papi.
El siguió frotando.
-Papi...
-¿Que?
Cuando era pequeña mi papá cada vez que me caía o me daba un raspón me hacía el juego del sana sana.
-¿El que?
-Si. El sana sana.
-¿el de sana sana colita de rana?
-Aja, si ese Papi.
-Ya... y?
-Podrías hacérmelo?

Alejandro estaba alucinando, definitivamente su ahijada lo que quería es provocarlo y en definitiva lo estaba haciendo, ella que ría que le frote el culo y se lo bese.

Alejandro no pudo contenerse, tenia la verga durisima y todo lo que quería era comerlo el culo ha su hijastra. Comezo a frotar. Sana sana, colita de rana. Y ella sacudió el culo. Si no sanas hoy sanaras mañana. Y le planto un beso en la nalga izquierda.

-¿Mejor?
-Si papi, pero aun falta.
Y se fue hacia la nalga derecha y dejo otro beso. Ya no pudo parar y repartió más besos por sus muslos y regreso a sus nalgas. Y comenzó a besar compulsivamente. Su hijastra hacia pequeños sonidos como de satisfacción.

Joder... tenia la verga durisima. Y ahora anciaba abrir ese par de nalgas y meter toda su lengua. Estaba calentándose al punto de arriesgarse y hacer lo que tanto quería. Pero en ese momento catalina se incorpora.

-Gracias papi, dijo Catalina y se puso de pie.

-Mierda...- solo me esta calentando. Lo volvió a dejar arrecho,

-¿No necesitas nada más hijita?

-No papi, así estoy bien, gracias, me gustó mucho que me hicieras el sana sana.

-te gustó? Y se sentó a su lado. Y le dio un vistazo a las tetas de su hijastra.

-Papí! No me mires así.
-perdona, solo apreciaba cuanto has crecido.
-Así es, pero tu siempre seras mi papi y yo seré tu nena, no?

Ufff con esas palabras Alejandro se prendió aún más.
-Ay pequeñita. Claro , claro que serás mi nenita. Y comenzó a hacerle cosquillas en el abdomen,
-Ay papi, me haces reír.. Catalina se retorcio de risa dejando batir sus tetas debajo del camisón.

- gracias por besar mi culito papi, ya casi no me duele, me has curado.

-cuando quieras corazón.

-ya no te parece raro?

-siempre y cuando tu madre No se entere, todo estará bien.
-por eso no te preocupes papi, yo no diré nada, jamas.

que me cuidarás con tanto amor y se acerco a darle un beso.

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