Leche para mí asistente

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Hola, antes que nada debo presentarme.
Soy Elizabeth, tengo 32 años y hace 3 semanas di a luz a mi primer hijo. Ha sido algo maravilloso convertirme en madre. Pero ha traído muchos cambios a mi vida.
Siempre fui una mujer muy activa sexualmente, pero en los últimos meses de embarazo mantener relaciones con mi esposo fue imposible y aún ahora no podemos hacerlo. Di a luz de manera natural y fue dolorosisimo. Y aún mis vagina está recuperándose. Pero no ha sido el único cambio. Mi cuerpo antes de dar a luz me mostró un crecimiento importante en mis pechos. En realidad siempre han sido grandes pero ahora que me enfrento al espejo los veo descomunales. Mis pezones están más hinchados y se endurecen con facilidad. También me duelen además de la leche que se me acumula. El hecho es que yo los veo como dos cañones tan poderosos que no dudó que más de un hombre podría apreciarlos. Lamentablemente mi marido no es de esos
Dice que le gusta cómo están pero que respeta el hecho de que por ahora mis pechos les pertenecen a su hijo. Así que no los quiere tocar demasiado. Menos darme una buena mamada de tetas... Lo entiendo y también le doy la razón. Pero realmente extraño el contacto físico.

Esta tarde ha venido a mi casa Ismael. El asistente de mi área. Por el embarazo he tenido descanzo y  tres meses debo volver a trabajar, sin embargo hay cosas que debo tratar si o si. Básicamente papeles que necesitan mi firma directa y una que otra revisión. Por ello la oficina a dispuesto a Ismael cómo el encargado.
El es un joven de unos 24 años. Alto y delgado. De piel muy blanca y unos ojos marrones algo rasgados. Siempre ha sido bastante colaborador y respetuoso. De hecho estoy segura que escalara hasta llegar a un puesto importante.

En este momento el está sentado frente a mi en el sillón de la sala de estar. Mi bebé hace media hora que comió y está acostado en el Moisés que tengo en la misma sala.
Estamos leyendo y revisando mucha documentación mientras él me cuenta las últimas novedad es de la oficina.

-Parece que mi ausencia no les ha afectado-bromeo.
-No diga eso. No sé imagina el esfuerzo que hace la planta por intentar hacer la mitad de su trabajo.
-Jajaja... Bueno sigan esforzándose. Y por favor quítame el usted. No soy tan mayor que tú.

El sonríe y yo me pongo de pie para traer algo de beber.
Al alcanzarle el vaso de agua a Ismael me percato que uno de los botones de mi blusa a salido disparado a no se donde. El hecho es que ese pequeño accidente devela mi escote pronunciado. Y me percato que tanto Ismael cómo yo nos hemos dado cuenta del pequeño accidente. El tiene sus ojos fijos en mis pechos y yo no puedo evitar sonreír. Y me doy cuenta que la acción de el me produce cierto morbo.

-Ay perdóna... Es que no hay botón que resista tanto. Es por la leche...
-Que? No... No se preocupe.
Sonrio y tomó asiento. Lo observó y noto como me rehuye la mirada. Esta nervioso
Me río por dentro. Seguinos revisando papeles pero no puedo centrarme, su actitud me causa gracia y morbo a la vez. Entonces me inclino sobre la mesa y los papeles dejando mis tetas caer sobre la mesa.
Los ojos de Ismael se vuelven a a centrar en mis pechos y es su atención la que me produce cierto sofocamiento. Luego distingo a Ismael rojo y como con disimulo lleva a su entrepierna una pequeña ruma de papeles.

Asumo que trata de cubrir una posible erección. Lo que inevitablemente comienza a ponerme caliente. Observó su manos. No me había dado cuenta de lo largo de sus dedos y de lo atractivo que era, pese a ser más joven que yo.
Regreso a mi labor, pienso que es una locura lo que se me está  cruzando por la cabeza.

Tomó asiento y continuo revisando los papeles cuando escucho a mi bebé moverse.
—esta a punto de despertar...
La tomé en brazos y la meso y antes de que despierte definitivamente.
La pongo en mi regazo y saco uno de mis pechos y la engancho a mi pezón.
—Perdona el pequeño show pero es la única manera de que no despierte... Que si lo hace ya no podemos seguir con el trabajo
—No hay problema, usted siga. Si quiere yo voy leyendo en voz alta.
—Si, buena idea.

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