Visita de tres hermanas

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Vivo solo hace algunos años. Soy un hombre viudo y hoy cumplo 46. Desde la muerte de mi esposa no me anime a pretender a ninguna otra mujer, ella falleció hace más de 15 años. Razón por la cual ando sobre caliente todo el tiempo y ya que vivo solo, mi día a día esta acompañado de excelente pornografia. Aunque eso no es suficiente. Ansío con locura un buen par de tetas y un coño mojado, sin encargo no me animo a buscar compañía femenina, elmromance no me interesa y pagar por un puta no me convence. Ya estoy bastante grande para exponerme aqlfuna enfermedad. Y las mujeres que conozco en su mayoría son de mi edad, cosa que tampoco me pone lomsuficientw. Quisiera una jovencita, de unos 25 a 30 almenos. Algo de carne joven para este hombre casi viejo que muere en soledad.

Sin embargo hoy he recibido una sorpresa más que agradable.
Tocaron mi puerta hoy viernes es muy temprano. Al,abrirla me encontré con tres hermosas jovencitas que apenas me vieron se me hechaxron en sima,
-Tio!!!! Feliz cumpleaños me gritaron al unísono.
MEe costo unos segundos reconocerlas.
-¿Marita?¿ Lucianita? ¿Sarita?
-Siiiii tío, las mismas.
No podía creerlo, eran mis sobrinas, las nenas que durante un tiempo vivieron conmigo y mi esposa fallecida.

-Dios, no las veía desde que eran peques. Pero mirense, están hechan unas señoritas y muy guapas.

Yo las miraba incrédulo de su exuberantes belleza.
-Pero quien es quien?
-Yo soy marita tío
-Oh pequeña. Tu eras las chica.
-Si, acabo de cumplir los 17.
Y la tome de la mano para darle una vueltita, se veía realmente hermosa, llevaba un top de tiritas amarillo clásico con un shorcito negro de lunares blancos, su piel era lozana , respiraba frescura. Muy blanca pero sus labios carnocitos muy rojitos, con una caballera negra y lacio que le llegaba hasta los hombros. Tenía un cuerpito bien contorneado y las pompas bien levantaditas -¡Pero que belleza! Me salio decir de lo alucinado que estaba.

Ella se reía muy dulcemente mientras la hice pasar.

-Me toca a mi. Yo soy Sara.
-Ohhh Sarita-. Me dio un beso y le di la mano para que se diera vuelta. -Que te has puesto muy hermosa. Ella era la mayor, ahora con 20 años. Alta, de piel bronceada. Tenía un top rojo bastante escotado, sus pechos sobresalían como dos montañas. Eran perfectos. Llevaba una faldita negra y sandalias de tacón bajo, su cabello era largo y castaño. Ojos grandes, una boca roja y labios carnosos. -¡Estas toda hecha una mujer¡ ¡Que preciosa que estas!
-Usted también está muy guapo. Me guiño un ojo y entro.

Para esto yo ya me sentía enfermo. No podia evitarlo. Mis sobrinas eran unos mujerones. No tarde en imaginar como serían sus conchitas. De seguro Marita la tenía bien rosadita y quizás depiladita. Me entró un morbo. Pero faltaba Lucianita.
-No se olvide de mi tio
-Claro que no. Ven pasa. La tome de la cintura y le di un beso en la mejilla.
-Deme vuelta tío.
-Claro claro... y la hice girar. Lucianita era la de enmedio. 19 añitos. Tenían un shorcito de mezclilla azul y una blusita blanca que dejaba ver su brasier. La espalda totalmente desnuda de la cual se dibuja el quiebre de su espalda. El cabello lacio y negro un poco más corto quenel de Marita. Sus carita era preciosa. La única que saco los ojos verdes de mi madre. Tenía una boquita chiquita pero con los labios bien redonditos, unas mejillas suaves, como cara de niña y unas tetitas bien redonditas.
-¡Toda una verdadera belleza!

-Ohhh tío, como le he extrañado- y se acerco a mi a darme un fuerte abrazo que me hizo sentir sus tetitas. Luego sus hermanas se unieron. Yo estaba en la gloria.

-¿Bueno y que hacen por aquí?
-Vinimos a verle. Por su cumpleaños y .. le traemos esto!
Era una tarta de cumpleaños.
-Que amorosas que son. Gracias niñas.
-Es que po queremos muchos TIO,usted siempre nos cuido cuando eramos niñas y nuestros padres no podían por el trabajo. Lo queremos mucho mucho- y comenzaron a darme de besos.

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