Una tarde de verano.

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Era un tarde de infernal calor. Hacía casi medio día y salí de mi habitación en dirección al baño. Por segunda vez en el día iba a darme una ducha fresca.
Llevo un mes siendo huésped en casa de mi hermano, después de haber perdido mi trabajo y que mi novia me abandonara, solo me quedaba mi hermano que en acuerdo con mi cuñada aceptaron que me quede un tiempo aquí mientras mi situación económica mejorara. En compensacion a eso me quedaría a cuidar a mi sobrina, al parecer a la muchachita le gusta mucho la vida social, iba ha fiestas y recibía constantemente a sus amistades en casa cuando sus padres no estaban. Ellos son médicos y aveces les toca guardia juntos.
Así que aquí estoy muriéndome del calor vigilando el buen comportamiento de mi sobrina.

Siempre he sido un hombre sensato y de principios, pero esta tarde ha ocurrido algo que el más noble de los hombres no resistiría.
Mi sobrina de 17 años al parecer víctima del calor se ha quedado dormida en el sillón de la sala. Completamente dispersa con las piernas levantadas, descalza y con un short tan pequeño, tan diminuto que se hunde entre sus ingles, quedando como si fuera una pequeña truza remarcando sus labios vaginales. Lleva un top amarillo claro de tiras y el abdomen descubierto. El ventilador encendido juega con su largo cabello.
Me he quedado alucinado mirándola, jamás la había visto de esa manera, si bien podía alabar su belleza pero siempre había sido desde el respeto y la estima, pero esta imagen a dado un vuelco en mi. Es un mujer, una hembra preciosisima, sus atributos son innegables y me ha dejado alucinado. Me he quedado parado sin saber que hacer, con una ereccion en progreso observó como pequeñas gotas de sudor se resbalan por su cuello. Sus senos se lucen bajo la delgada tela,  noto que no lleva brasier y sus pezoncitos se distinguen con gran claridad seduciendome, provocando en mi el deseo de mordisquearlos y tirar de ellos —¡Oh dios santo! Estoy tan exitando que no creo poder controlarme, pero que delicia de cuerpo, su piel es blanca, reluce por el sudor, imagino su tacto el cual deber ser tan suave y tan perfecto, al igual que esa hermosa vulva que se deja distinguir por la tela apretada.  Mis instintos pretenden dominarme. Casi percibo el olor de una vagina fresca y fantaseo con acercarme a ella y repasar mi lengua entre sus pliegues, esta volviéndome loco. ¡No! Me digo a mi mismo y retrocedo unos pasos, tengo la polla del tamaño de una macana, esta dura a punto de reventar. Entonces no tengo más remedio que volver a la ducha y sacarme este calor que llevo.

Me masturbo pensando en su cuerpo, eyaculo en mi mano y cuando salgo mi sobrina ya ha despertado, se encuentra en la cocina, aún descalza y con las tiras de su top sueltas.

——¿Mucha calor no tío?—me pregunta.
—Si así es.
—Ya es hora de almuerzo, mi madre dejo un dinero para la comida.
—Llama tu, que es lo quieres comer,
—Yo la verdad no tengo hambre, tengo más sed de algo fresco, este calor ya no lo aguanto.
—Bueno, entonces pide algo de comer y unos refrescos frios
—Si, eso haré, muero antes por tomarme una ducha y me cambiaré de ropa porque esta la tengo ya sudada.

Mi sobrina se fue a su habitacion y yo a la mía.
Al rato me toca la puerta ya cuando abro la veo con el cabello aun húmedo, y esta vez lleva un vestido de dos piezas, una falda suelta bastante corta y un top aún más corto que el anterior, solo cubre el área de sus pechos, noto nuevamente que no lleva brasier y esta vez sus pechos se dejan ver aún más, apretados por ese retazo de tela que ademas de todo se ha humedecido, es casi transparente, y puedo distinguir con perfección sus pezones. —Dios me voy a poner duro de nuevo — me digo a mi mismo.

—Llego la comida tío, ¿vamos a comer y a mirar algo de tele?—Me toma de la mano y me jala hacia afuera de mi habitación. Yo, que estaba luchando con mis instintos en ese momento no pude contestar. Pero ella terminó por jalarme hacia afuera y finalmente solo asentí con la cabeza y cerré la puerta al salir. No podia dejar de mirarla. Fue hacia la cocina meneando su cuerpo, tenia un culo perfecto.

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