Jackson, la sirena que abandonó todo para buscar la cura de su letal maldición antes de que esta lo destruya.
Taehyung, el Taoxiû que deberá enfrentar un largo proceso de sanación y aceptación para poder ser el Dios terrenal.
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TAEHYUNG'S POV
Cuando pensé que Kek no iba aparecer nunca, lo hizo, una mañana para ser exactos cuando todos estábamos desayunando. Tardó más días de lo que había imaginado por ende dudé de su palabra, durante ese tiempo dudé si mi conversación con Kek en realidad pasó, y no fue esta un producto de mi agotada mente. Y no iba a mentir. Verle de nuevo me trajo sentimientos encontrados, aún cuando habíamos hablado de lo ocurrido había una parte de mí que seguía sintiendo recelo con su presencia, y quizás, esa sensación tardaría en desaparecer.
—Pensé que no vendrías... —confesé, me hice un lado para permitirle el paso a la casa.
—Soy un hombre de palabra, me extraña, Estúpido. —Entró con bolsas en manos y en respuesta rodeé los ojos. Al parecer su manía de insultar seguía siendo parte de él.
Les había mencionado a mis hijos sobre la visita de Kek y, estos no lo tomaron de buena manera al principio, ¿y cómo no? Tenían motivos para sentirse de ese modo porque ese hombre había sido el causante de la separación de sus padres, el sufrimiento de estos, y que las cosas terminasen de ese modo. Aunque también debía darle crédito al destino, por esta razón estaba seguro que él también había contribuido a todo ese desastre. Así que no fue de extrañar que cuando hicimos acto de presencia mis hijos mayores se pusieran de pie a la defensiva, de modo que me apresuré a ser intermediario entre ellos y mi inesperado invitado.
—Kek, vino a visitarnos, ya hablamos de esto —expliqué despacio, intercambiando miradas con Sunhee y Eunwoo, quienes se miraron entre ellos para mirar al visitante.
—Pero, Papá... —Sunhee miró a los gemelos que se encontraban en su comedores embelesados por sus biberones para mirar Amir, entendí ese gesto.
Querían poner a sus hermanos a salvo...
—Kek no es la misma persona que conocieron —defendí.
—¿Cómo estás seguro de ello? ¿acaso olvidaste todo lo que hizo? —Eunwoo escupió con molestia.
—No. Eunwoo. No lo he olvidado. —Pude percibir la incomodidad de Kek sin siquiera verle—. Yo...
—Lees a las personas, eso lo sabemos, pero te recuerdo que él usa magia. ¿Qué te asegura que no está ocultando algo? —insistió este.
—Creo que debería venir en otro momento —murmuró Kek, en consecuencia la atención se centró en él.
—O mejor nunca, no eres bienvenido aquí —escupió Sunhee.
—¡Sunhee! —le reprendí, ganándome una mala mirada de su persona.
—¡No te atrevas a defenderlo! Pueda que tú lo hayas perdonado pero nosotros no, ¡él destruyó nuestra familia! ¡por su culpa mamá tuvo que irse!
—¡Kek no tiene la culpa que Jackson haya decidido abandonarnos! ¡él lo decidió! —Exploté ganándome miradas perplejas de mis hijos.
—¿Cómo te atreves...? —Los labios de Sunhee temblaron y eso me hizo sentir miserable.
