Jackson, la sirena que abandonó todo para buscar la cura de su letal maldición antes de que esta lo destruya.
Taehyung, el Taoxiû que deberá enfrentar un largo proceso de sanación y aceptación para poder ser el Dios terrenal.
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TAEHYUNG'S POV
Volver al interior del edificio con la intención de arreglar las cosas con la sirena me motivó a olvidar las promesas rotas que teníamos ambos, aquellas que me habían mantenido esperanzado por años a un reencuentro viniendo de su parte, pero al girar aquel pasillo y contemplé al castaño siendo tocado de esa manera hizo quedarme congelado en mi lugar. El azulejo embulló mis zapatos impidiendo la movilidad del cuerpo y mi vista me obligó a apreciar como los ojos de Jackson brillaban ante las caricias que dicho desconocido le brindaba en su rostro.
Y la imagen me dolió como los mil demonios.
Dolió incluso cuando yo mismo había permitido que numerosas personas me tocase, y mi lado egoísta no quiso imaginar que Jackson también hizo lo igual, así que me reprendí por ello. La sirena era un hombre soltero, tenía todo el derecho de rehacer su vida de igual forma que yo hice la mía. ¿Por qué siquiera imaginé que las cosas serían igual esta vez que nos reencontraríamos? ¿Por qué me sentía molesto por verlo con alguien más? Quizás ese fue el detonante el cuál causó a mi lado rencoroso obligara a aquellas palabras que nunca imaginé decirlas abandonar mi boca en el momento que lo vi en casa, quise lastimarlo, deseé humillarlo, y sobretodo, quería perdonarle por haberme hecho esperar por tanto tiempo.
Ver esa expresión de crudo dolor me llevó de regreso en el tiempo donde aquel forastero me visitó sorpresivamente y, justo allí, se había quitado la vida frente a mis ojos; sus ojitos apagados y el semblante cansado me hizo sentir el mayor idiota del mundo. Quise borrar de su memoria la basura que había soltado a causa de mis celos, anhelé abrazarle y ofrecerle la bienvenida que merecía, pero sobretodo, darle las palabras que necesitaba al haber buscado arduamente una cura inexistente.
Mis labios se entreabrieron en el momento que aprecié la manera que las venas en su piel se tornaban negras y pequeños hilos de sangre se deslizaban desde su nariz, todos nos pusimos tensos ante ello sin saber qué hacer al respecto. Este trastabilló cuando salió de casa y Kek le siguió rápidamente. Me apresuré a seguirles después de advertirles a mis hijos que se quedaran adentro. Una vez estuve afuera mi corazón punzó dolorosamente al ver a Jackson de rodillas ocultando su rostro en el pecho de mi replica quien lo protegía de la mirada curiosa de los vecinos, sus brazos tomaban con firmeza a la sirena como si el contrario estuviera a punto de romperse en miles de fragmentos y ver al mayor de esa manera me hizo preguntar si así lucía cuando quería proteger a la sirena, pareciendo como un depredador protegiendo a su manada, a su otra mitad. Con esa expresión tensa y a la vez preocupada.
Hyesung se encargó de dispersar a la gente mientras Kek acariciaba la espalda del castaño a la vez murmuraba suaves palabras cerca de su oreja, me pregunté qué era lo que le estaba diciendo, incluso podría simplemente agudizar mi oído pero quería darles privacidad. Ver los temblorosos hombros de Jackson me hizo sentir terrible, el peor mundano viviente. La persona que tanto yo amaba había tenido largos y duros años, y que arruinara su reencuentro con su familia me hacía todo menos humano. El ligero aroma de las sirenas se manifestó antes de que estas se acercara a su madre, Badir se acuclilló a la altura de este a la vez que gruesas lágrimas bajaban por su mejillas y abrazó a Jackson, abrazó que fue correspondido con una intensidad que el menor se le fue imposible contener el llanto. Los demás fueron uniéndose donde todos terminaron abrazando a la lastimada sirena, por lo que el mayor se apartó a la vez que se metía las manos a los bolsillos.
