Jackson, la sirena que abandonó todo para buscar la cura de su letal maldición antes de que esta lo destruya.
Taehyung, el Taoxiû que deberá enfrentar un largo proceso de sanación y aceptación para poder ser el Dios terrenal.
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Kek se deshizo de su camisa y zapatos quedando únicamente con su pantalón de vestir negro, Taehyung imitó su acción y trató de realizar las cosas como el brujo le indicaba a la vez que las enfermeras se encargaban de despertar a la sirena desconectando los aparatos de su cuerpo. Se deshicieron de los respiradores y para cuando el castaño abrió los ojos intentando tomar una bocanada de aire su vista se encontró con la de Kek quien le miraba con su mirada casi brillando con luz propia. Detalle que aceleró su corazón sin razón aparente.
Jackson apreció la firmeza de sus músculos y la forma en que los tatuajes cubrían su dermis cuando fue tomado en brazos por el contrario, rodeó el cuello del hechicero y fue llevado a la pequeña plataforma que descendía al agua donde pequeñas olas chocaban con la superficie de la embarcación.
—¿Dónde estamos...? —Fue callado por el suave tacto de los labios de Kek sobre los suyos, para cuando se apartó la preocupación de la sirena aumentó al descubrir los ojos ajenos llenos de lágrimas.
Las preguntas se multiplicaron y la angustia opacó el hecho de que no podía respirar por lo que estaba quedándose sin oxígeno.
—Prometí compensarte por cada daño, espero que mi esfuerzo sea merecedor de tu perdón, Jack.
—Kek... —Jackson se estremeció cuando su piel tocó la frialdad del agua, su dermis se puso de gallina y se abrazó de manera inconsciente a pelinegro sintiendo una presión en su pecho que estaba seguro que no era por la falta de aire—. No me dejes.
El tatuado apretó la mandíbula en respuesta abrazando a su sirena para dejar pequeños besos en la pálida piel del castaño.
—No pensaba hacerlo. No es momento para ponernos emocionales, Mamón, vas a seguir mis instrucciones al pie de la letra —expresó este. Le indicó con brevedad lo que tenía qué hacer y finalmente dejó caer al castaño al mar.
Pasaron unos cuantos segundos que para los repetidos fueron eternos, primero visualizaron las prendas de hospital de Jackson salir y flotar a la superficie antes de que la azulada aleta que caracterizaba a la sirena hiciera acto de presencia aliviando a los anteriores. Le vieron nadar a la zona señalada justo cuando una ráfaga naranja se visualizara a la lejanía dando a entender que los gemelos habían hecho lo prometido.
—Bien. Debemos empezar... —informó Kek, volviendo a reunirse con el inmortal frente al símbolo que habían dibujado en el suelo del yate.
Ignorando la mirada penetrante del Taoxiû empezó a recitar las oraciones en un idioma que Taehyung no pudo reconocer y, a medida que este hacía eso apreció como sus tatuajes se iluminaban y serpenteaban en su piel intercambiándose unos con otros, donde algunos eran reemplazados por nuevos. Cuando fue su turno de continuar su parte Kek sacó de la bolsa que tenía a unos pasos detrás de él una daga, cuchillo que el inmortal reconoció y lo dejó helado: era aquel que Jackson había usado para quitarse la vida ese día.
