Jackson, la sirena que abandonó todo para buscar la cura de su letal maldición antes de que esta lo destruya.
Taehyung, el Taoxiû que deberá enfrentar un largo proceso de sanación y aceptación para poder ser el Dios terrenal.
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Para cuando las grabaciones llegaron a finales de temporada, el director consideró una excelente plan que tanto el personal como los miembros de elenco fueran de karaoke donde los aperitivos y el alcohol serían el manjar para celebrar el haber llegado a la mitad de camino del rodaje. Asimismo, aunque la idea no sonó tan mala Jackson no se sentía tan entusiasmado con el plan. Una parte de él se negaba a asistir ya que estaba seguro que Taehyung estaría allí y lo más probable es que pasaría una noche incómoda a causa de ello.
Si de por sí las primeras semanas de grabación fueron un dolor de cabeza para el castaño, no se imaginaba viéndole fuera de un ambiente laboral. Lo que menos que le apetecía a la sirena era que sus colegas notaran esa incomodidad y empezarán a sospechar que entre el Taoxiû y su persona hubiera una historia detrás de esas miradas cargadas de tensión y secreto anhelo que los susodichos no eran conscientes que ambos se regalaban en múltiples momentos en los que estaban en un mismo espacio.
La idea de hacerse pasar por enfermo pasó por la cabeza del castaño durante su jornada de trabajo, pero él era el director y si no asistía no sólo le demostraba a Taehyung sus sospechas de que su presencia le incomodaba y que aún había un "algo" entre ellos, sino que les daría la mala impresión a sus colegas de no ser lo suficiente profesional como para estar en una producción tan grande.
Y finalmente el día llegó.
Cuando pensó que no podría ir su suerte más en su contra, su auto quedó atrapado en un terrible tráfico de forma que su llegada fue presenciada por todos, el tener cada par de ojos clavados en el castaño no sólo aumentó la incomodidad de este, su torpe faceta salió a relucir sus grandes habilidades donde tropezó con una botella de cerveza que estaba en el suelo y cayó en el regazo de alguien, alguien que a pesar que hizo una mueca de molestia su corazón bombeó con fuerza ante el incidente, alguien cuyo pasado en común con la sirena causó en el momento ambas miradas cruzaron a los involucrados se le cortaron la respiración.
¿Así era de terrible su suerte?
—¡Lo siento! —chilló Jackson, por encima del bullicio brincando fuera. Se apresuró a cruzar el cuarto ignorando las risas burlonas para sentarse con Tomás a la vez que sentía su cara caliente.
«Caer sobre su regazo, lo que faltaba para completar mi día», pensó abochornado la sirena mientras aceptaba la cerveza cuyo colega le extendía. Bebió de ella en grandes tragos producto de su nerviosismo y al levantar la mirada esta cruzó con la del inmortal. Algo que lo hizo ahogarse, de manera que Tomás le brindó suaves palmadas en su espalda ayudando al pálido chico que no dejaba de toser.
Jackson maldijo a todos los dioses existentes por su pésima suerte. Estaba quedando como perdedor y apenas había llegado. Las horas pasaron donde este las consideró eternas. A diferencia de él, los presentes estaban borrachos a un nivel inimaginable y para sorpresa de él, Taehyung formaba parte de ellos. ¿Cómo se dio cuenta? Fácil. Se levantó de su silla con su rostro enrojecido para quitarle el micrófono al que se encontraba cantando en ese momento. Acto que fue aplaudido por los demás quienes lo motivaron para que cantara. En el instante que el castaño vio que canción eligió quiso desaparecer.
