Jackson, la sirena que abandonó todo para buscar la cura de su letal maldición antes de que esta lo destruya.
Taehyung, el Taoxiû que deberá enfrentar un largo proceso de sanación y aceptación para poder ser el Dios terrenal.
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TAEHYUNG'S POV
¿Cuánto tiempo había pasado desde que Kek se volvió parte de nuestra familia? Quizás el suficiente como para que los gemelos caminaran por sí solos y hablaran como un par de niños humanos de seis años, Sulien, mi hijo mayor, era más activo que su hermano quien prefería pasar tiempo en casa leyendo libros infantiles recordándome constantemente su parecido con su madre.
Estos no habían cambiando demasiado, el mayor tenía los ojos idénticos a los míos, y también había heredado el peculiar lunar en la punta de su nariz, pero su sonrisa y forma de nariz eran definitivamente de Jackson junto a su cabellera castaña; el menor era todo lo contrario, sus ojos castaños eran similares a los de la sirena, sin embargo contaba con mi sonrisa acompañada de mi melena oscura. Badir actuaba como su madre, la manera tan adorable de empatizar con todos era muy característica de él, su amor por la literatura y la naturaleza me hacía imaginar en más de una ocasión cómo fue la infancia de Jackson.
Y para ese entonces el pensar en Jackson no dolía como antes, el rencor que sentía por su persona fue desapareciendo y, con ello gracias a las terapias pude sanar y aceptar muchas cosas que no estaban bien en mí. Pude darme cuenta que mi relación con Jackson no había empezado de una manera sanamente normal, por lo que fue inevitable que nuestras personalidades chocaran en ese entonces. Theodore se sorprendió bastante cuando le conté la historia de nosotros, y este mencionó que jamás había visto nuestro caso ya que normalmente cuando una relación terminaba de la forma en que lo hizo como nosotros lo hicimos, la probabilidad de que volviéramos a reencontrarnos era casi nula.
Para sorpresa de Kek y mi persona tuvimos algunas secciones juntos donde hablamos de diversos temas y en una de ellas nuestra pregunta sobre el porqué la existencia de Kek surgió dejando a un Theodore bastante pensativo, más su teoría fue bastante interesante:
—Tengo una teoría: normalmente cuando morimos nuestra alma pasa al otro lado, más si el alma murió teniendo un lado rencoroso o con asuntos pendientes una parte de ella queda atrás, ya sabes que el otro lado no acepta ese tipo de cosas. —Asentí de acuerdo—. Mi teoría es que esa parte del alma termina vagando por el mundo, Sin embargo, seguirá conectada con su otra parte, por lo que esta estará en la nada a la espera de que la otra mitad reencarne en una nueva persona y, cuando eso pasa, estas nacen teniendo el mismo aspecto del alma reencarnada. Aunque también hay posibilidad de que la parte del alma que quedó atrás reencarne en varias personas.
»Eso explicaría la razón por la que existe siete personas en el mundo similar a una persona. Solo es una teoría loca y, tendría que tener más pruebas contundentes para darle validez ya que muchas cosas quedarían sueltas. Como por ejemplo, el hecho de que hayas reencarnado con el mismo rostro que tu vida pasada. Y por más que lo pienso termino con más preguntas y con una jaqueca, así que no divago más allá de eso.
Nosotros tampoco le quisimos dar muchas vueltas al asunto, ya que Theodore tenía razón, por más que se pensaba en su teoría más retorcida se volvía. Ese verano nos motivó a pasar más tiempo al aire libre por esta razón desde temprano bajamos al lago donde el personal había dejado algunos aperitivos allí, así que todos aprovecharon para nadar en este. A diferencia de ellos me limité a sentarme en la orilla junto a Kek y Badir que estaba ensimismado en rayar en su libreta.
