Jackson, la sirena que abandonó todo para buscar la cura de su letal maldición antes de que esta lo destruya.
Taehyung, el Taoxiû que deberá enfrentar un largo proceso de sanación y aceptación para poder ser el Dios terrenal.
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TAEHYUNG'S POV
El molesto sonido del teléfono me obligó a abrir los ojos con pereza, soltando un gruñido me reincorporé para tomarlo de la mesita de noche, una vez presionado la pantalla me llevé el aparato al oído mientras soltaba un amplio bostezo. La habitación se encontraba iluminada por lo que estaba seguro que ya había pasado un buen tiempo desde había amanecido.
—¿Papá, dónde estás? —Reconocí la voz de Sulien al otro lado de la línea.
Frunciendo el ceño miré mi costado algo desorientado, aprecié un cabello castaño corto y el torso desnudo de un chico, por lo que los recuerdos de lo que pasó anoche invadieron mi mente. Estaba en el club. cuando bailé y tomé con aquel individuo hasta el cansancio, después vinieron imágenes de él y yo tropezando mientras devorábamos la boca del otro a la vez que nos deshacíamos de nuestras ropas antes de caer a la cama.
—Salí a divertirme —respondí, en respuesta escuché la suave risa de mi hijo.
—¿Usaste condón por lo menos?
—Por supuesto ¿Quién crees que soy? —reproché, me pasé la mano por mi cabello ahora oscuro para sacarme las mantas de encima y levantarme por completo importándome poco que aún estuviera desnudo.
Caminé alrededor de la cama para acercarme al balcón que contaba la habitación y me apoyé en el barandal apreciando lo pequeños que lucían los autos desde donde me encontraba.
—¿Vendrás a cenar hoy? —preguntó nuevamente, soltando un suspiro miré la hora en la pantalla, eran casi las tres de la tarde por lo que tenía tiempo de sobra para hacer otras cosas.
—Es muy probable ¿cocinará Badir? —Este hizo un ruidito de afirmación.
—Conoceremos la familia de Amir finalmente, así que es una ocasión especial. —Alcé las cejas en respuesta. Por supuesto que era una ocasión importante. No todos los días presentabas tu familia mundana con tu familia cuyos miembros eran sirenas, un inmortal, un ángel y un hechicero de magia oscura.
Asumí que debió ser una larga charla que tuvo que hacer mi hijo con su esposa e hijos para que estos aceptaran conocernos, y la sola idea me alegró inmediatamente el día. Siempre había añorado conocer la familia de Amir, y ahora que tenía la oportunidad, no pensaba arruinarlo.
—¿A qué hora es la cena?
—A las nueve. Trata de no ser tan intimidante, Papá —replicó, de modo que rodeé los ojos en respuesta.
—No sé de qué hablas.
—Claro que sabes perfectamente a lo que me refiero.
—Por supuesto que voy a comportarme, Sulien, no soy un niño —me quejé.
«¿Desde cuando los papeles se habían invertido y mi hijo actuaba como el padre responsable?», pensé ofendido.
