Capítulo 7 - Llamado

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personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad, créditos a sus respectivos creadores.

no pudo sentirse capaz de contestar, por qué ni siquiera sabía en lo que indagaba, al principio no la vio más que alguien a la cual prestar ayuda con urgencia, de ahí que evadiendo lo que creía correcto la trajo a su hogar, luego ni siquiera pensó en qué momento la comenzó a considerar una amiga, ella le rechazó desde un principio y tal vez el que se equivocó fue él. No debió preocuparse por una demonio de esa manera, pero a pesar de todo lo que habían pasado... ¿la odiaba?, ¿en realidad la detestaba por todo lo que había hecho o dicho?, ¿así se sentía realmente?.

la diablesa notó el silencio del saiyajin, pero no renunció a la respuesta que esperaba, quería borrar sus dudas y por ese momento se olvidó de todo, de su misión, de los mandamientos, britannia y el rey demonio, solo era ella y goku, pero todo era difícil, el sudor recorría la mejilla del Son y su boca se vio incapaz de pronunciar una palabra, se perdió en la oscura retina de la chica, sintiendo la calidez ajena de aquella piel y de la respiración que percibía, no había otra forma de decirlo, todo esto era extraño, que una mujer le hiciese poner nervioso estaba mal y cuando apreció todas las facciones de la mujer recordó la primera pregunta que ella le hizo.

-meláscula chan es muy linda.- al fin había hablado, los ojos de la dama se abrieron ante ese comentario. Lo que quería escuchar y de la persona que quería hacerlo al fin le había sido otorgada, su corazón se negó a mantenerse tranquilo y palpitó como nunca lo había hecho, acaso se sentía ¿feliz?.

-entonces no me odias.- concluyó y no pudo no sonreír. Por primera vez la miraba de esa forma y se sintió incapaz de decir lo próximo que pensó aclarar, ella puso su cabeza en el pecho del son y se acurrucó lo mejor que pudo, ahora nuevamente creyó que todo estaba aclarado, pero no era así, se equivocaba como lo hizo con la primer disculpa que ofreció y pensaba que todo se solucionaba así de fácil creyendo que si había encontrado a ese humano debía ser de ella, no lo compartiría con nadie, sentía que esa amabilidad no le pertenecería a nadie más.

no reprochó por dormir junto a él, está en sus genes ser ambicioso con lo que desea para sí misma, lo reclamaría como suyo de ahora en adelante. -mi humano...- murmuró en medio de la noche, su esclavo, su siervo y el único que le mira distinto a los demás.

cuando los rayos del sol trajeron calidez, cuando las aves anunciaban el bello amanecer y cuando notó la ausencia de alguien en aquel colchón entendió que debería dejar el sueño de un lado.

era agradable de alguna manera, el sentir esa calidez sobre su piel, percibir el aroma del chico aún en las sábanas era muy placentero. No era como el descanso antes de la guerra o como el sello que la había aprisionado por milenios, se sentía más cómoda que nunca y al abrir los ojos solo pensó en encontrar al chico, su deber y el propósito al que debía servir no cruzaron por su mente.

-gokú está haciendo comida.- solo con escuchar el aceite hervir, las brasas quemarse y el agradable aroma se daba una idea, su bella cabellera se descubrió de entre la tela con ojos perezosos que tardaron un momento en aclararse, decididos a encontrar al humano de la casa y no tardó mucho en hacerlo, porque el recinto era muy pequeño.

saliendo de la habitación dio con él.

-buenos días Meláscula- chan...- girándose y sonriendo ofreció el saludo. -puedes sentarte, el desayuno estará listo pronto.- hizo caso y tomó asiento, pronto los platos se posaron en la madera, degustaría lo que gokú preparaba para ella.

gokú no dijo mucho después de ese saludo, se limitó a desayunar en silencio, en ordenar la casa sin dirigirse a la demonio. No es que no quisiera hablar con ella, es solo que desde la noche anterior buscaba la respuesta a la declaración que ella le había dado.

Amor Entre Mundos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora