No tengo miedo.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

La madrugada era serena y silenciosa como cualquier otra, las estrellas aún destellaban débilmente en el firmamento, sin embargo su brillo pronto se perdería, porque en el este el alba se avecinaba con un bello amanecer.

Un destello vino de las alturas, brillante y rápido que estremeció levemente la tierra con su llegada. Cuando la luz se desvaneció dos figuras emergieron del tenue brillo que se dispersaba, dos deidades que vienen de quien sabe donde.

—bueno, creo que después de todo al fin pudimos dar con el idiota.— una voz comentó, con tono aburrido y despreocupado emprendió rumbo hasta la pequeña residencia que más adelante se mostraba.

—Este universo es bastante extraño ¿no lo cree así señor bills? —una voz añadió, tranquila y con un semblante animado cuestionaba curioso lo que se presentaba. —Me pregunto si la comida de este lugar también es deliciosa.

—No me interesa, mientras más pronto terminemos con esto, más rápido regresaré y probaré el banquete que preparó la esposa de vegeta.— rascando su oreja contestó. —Bueno, Gokú no ha intervenido directamente en este mundo, todo parece estar bien. —dijo después y poco a poco se acercaron al pórtico, sin embargo, en el rostro del ángel no había más que una extraña intriga que nació inexplicablemente.

No tengo miedo - Capítulo especial.

Llamaron a la puerta repentinamente a tan tempranas horas del día, somnolienta ella abrió sus grandes ojos rojizos y la amargura se presentó en su rostro, momentos después volvieron a golpear con más fuerza y de forma poco amable.

—¿Qué les pasa?, ¡¿A quién se le ocurre interrumpir a estas horas?! — la voz molesta de Meláscula resopló, el bebé que descansaba en la cuna cercana desató en llanto producto de los ruidos que estremecían la puerta.  —Go-kun debe estar muy cansado, ¡por favor no despiertes a papá Amelia!. — suplicó y cargó al bebé en sus brazos, Nuevamente la puerta fue golpeada causando que la poca paciencia de Meláscula se agotase. —¡Ya voy! — exclamó y fastidiada, desaliñada y enojada decidió atender a tan irritante llamado.

—¡¿Qué es lo que quieren?! — pregunto molesta abriendo la puerta fuertemente, sin embargo, en tanto detalló los rasgos felinos del Dios de la destrucción y la extraña figura del ángel se paralizó completamente ante lo que sus ojos presenciaban y el rostro de los recién llegados no se mostró distinto.

—Bu-buscamos al señor Gokú.— respondió Whis un poco intrigado, ese mal presentimiento le invadió y mutuamente cruzaron miradas con el destructor. 

—¿Qui-quienes son y qué quieren de mi esposo? — preguntó Meláscula, no podía sentir su presencia ni alguna energía mágica que antes hubiese percibido, un temor y una presión se apoderó de ella y retrocedió por instinto.

—¡¿Esposo?! — con fastidio esa palabra fue arrojada y el rostro de Bills solo expresó descontento total, entonces prestó atención en la niña pequeña que meláscula cargaba, compartió el mal presentimiento que Whis tenía y ahora solo expresó molestia. —¡Ese idiota me va a escuchar! — masculló y avanzó sin permiso alguno hacia el interior, sin embargo antes de que pudiese hacer algo su maestro le detuvo.

—Señor Bills debe calmarse. —Advirtió Whis y el destructor hizo caso, Meláscula retrocedió y protegió a su hijo inmediatamente mientras era señalada con esos ojos violeta que expresaban cólera total.— Creo que esto es más complicado de lo que piensa. — dijo el ángel no permitiendo que el hakaishin avanzara.

—¿Dónde está ese mono? —preguntó seriamente, sin embargo Meláscula no dijo nada. —Sé que está ahí dentro, si no lo llamas destruiré este lugar. —Amenazó con voz profunda y ella no dijo nada, presa del miedo corrió sin ver atrás.

Amor Entre Mundos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora