Amor Entre Mundos Distintos

Capítulo 9 - ¿Comienzo?.

personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

sintió un leve tambaleo mecerle incitando a abrir sus oscuros ojos, y sea o quien sea que lo ejecutase terminó logrando su cometido y una somnolienta mirada se aclaró con la luz mañanera.

-despierta humano, tengo hambre.- la voz le llamó y algo cansado levantó su torso a la vez que bostezaba pesadamente, el viaje no era tan fácil. -gokú, es hora de desayunar.- seguía comentando y pronto observó la rosa cabellera que se encontraba más allá, bella como la luz que se cuela entre espesos árboles.

-ya he encendido algo de fuego y he capturado esto, te habría despertado con un desayuno, pero la carne se me quemó más de una vez.- extendiendo su oscuridad mostró algunos peces que aún se retorcían, gokú fue obligado a verlos pues los acercó mucho a su rostro. No solo eso, el fuego que se había encendido era de un tono oscuro y bastante extraño a decir verdad, llamas espesas que no incitaban a posar sobre ellas alguna clase de carne.

terminó por apagar ese fuego y las rojizas llamas le sustituyeron, sobre una sartén el aceite freía la piel de los peces dejando escapar un delicioso aroma.

-dime, ¿a donde iremos?.- en el transcurso del desayuno decidió indagar, algo inútil a decir verdad pues gokú no tenía una idea clara.

-podríamos seguir el camino hasta encontrar un pueblo, investigaremos si hay alguna propiedad en venta y compraremos algo de ropa para ti, sería problemático si uno de esos pecados capitales te reconoce.- ella agachó un poco la mirada ante ese comentario, por primera vez pareció preocuparse por el joven, pues comprendía todos los problemas que le ha traído.

-¡¿y esto qué es?!.- algo furiosa miraba las ropas que vestía frente a un espejo, pues ahora un vestido menos llamativo le cubría, uno de estilo victoriano de color azul con detalles blancos, bastante elegante para una dama común.

gokú se encontraba tras ella sentado de revés en una silla, con sus brazos apoyados en el espaldar, habían dejado la carga en las afueras del primer pueblo que encontraron y ahora se encontraban comprando ropa para la chica como se había propuesto.

-esto no me gusta, es muy feo.- exclamó y eso que aún faltaba la prenda que sobre su cabeza fue puesta después, a decir verdad, era muy bonita con todo eso, una joven mujer de clase media que se robaría cualquier mirada.

-eso no es cierto...- desde atrás escuchó la voz del chico negar a sus palabras. -meláscula-chan se ve muy linda.- dijo, ella no evitó sonrojarse y observando por el reflejo del espejo pudo ver esa oscura mirada posarse enteramente en ella, parpadeando de vez en cuando porque tal vez le apreciaba, luego se miró así misma, ni ella podría reconocerse porque no daba la apariencia de una demonio incompasiva, era una dama linda y eso era todo.

-bu-bueno...- se dijo ahora detallandose de mejor forma. -si solo será por un tiempo supongo que puedo soportarlo.- refunfuñando aceptó las prendas, nunca antes se había puesto algo distinto a las ropas que siempre traía encima, de alguna u otra forma esto era un cambio inesperado y no sabía cómo tomarlo.

-muchas gracias por su elección, su señora se ve muy hermosa, felicidades!.- el dueño alagó acercándose a gokú, frotaba sus manos añorando el pago que la venta le proporcionaría, pero el comentario tomó por sorpresa a la diablesa que solo aumentó su sonrojo.

-¡¿qué-qué has dicho humano hijo de...?!- se alteró lo suficiente como para lanzarse al que le había asesorado, pero gokú la detuvo en último momento mientras pataleaba. -so-solo dígame cuanto es...- con una gota de sudor terminó por decir.

...

-gracias por su compra, regrese pronto!.- saliendo a despedirlos hasta la puerta exclamó, la pareja comenzó a caminar por las calles del pueblo, el sonrojo por como fue confundida aún no desaparecería, ¿ella siendo la amante de gokú?, no, no podría pasar ¿verdad?. como sea, decidida a borrar esos pensamientos agitó su cabeza y decidió cambiar de conversación.