Amor Entre Mundos Distintos

Capítulo 20 - Final.

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-el caos es el principio de todo en este mundo...- percibió esa voz que le habló de forma calmada, inspirando tranquilidad y por un momento se sintió que flotaba, casi ensordecido de no ser por ese tono que lograba escuchar, era como si se sumergiese en espesa agua, sin rumbo alguno y solo precipitándose aún más en las profundidades.

-ha logrado vencer, su poder se a alzado sobre él como se esperaba gokú...- siguió diciendo, palabras que parecía invitarle a abrir sus ojos y de alguna manera así lo hizo, logró hacerlo de forma lenta y percibió además del sitio, la sensación de tranquilidad y suavidad que traía encima.

-pero el caos no puede ser eliminado así de fácil, él es la esencia, el es el principio de este mundo, creó al rey demonio y a la deidad suprema, al árbol sagrado a gigantes, humanos, vampiros y en sí cada persona planta u animal le tiene presente, es todo en sí, y ahora, aunque ha eliminado su recipiente, él sigue tan presente como lo está usted ahora.- con esas palabras gokú regresó en sí, pero no supo dónde se encontraba, no sabía si seguía vivo siquiera, pero eso no impedía que pudiese reconocer aquella tranquila voz, pues era la dama del lago, su tono no podría confundirse con nada más.

-¿qué ha pasado?.- trató de moverse, sin embargo cada movimiento que ejecutó no le hizo avanzar ni frenar su hundimiento, solo permanecía sumergido en una fuerza que le arrastraba poco a poco, opacando la poca luz y oscureciendo todo a su alrededor.

-el caos y usted son fuerzas totalmente opuestas, no ha hecho más que ayudar a todo lo que caos ha creado, aún así su poder no termina de ser más que ser una amenaza para este mundo, porque aunque todo se destruya al final usted será lo único a lo que no puede dar un fin, porque usted viene de un lugar donde el caos no rige.- explicó, las pocas fuerzas de gokú trataron de regresarle a la luz, pero poco a poco fue arrastrado al fondo sin dar oportunidad a regresar.

-¡meláscula-chan!.- exclamó sin ceder, aún en su mente podía visualizarla claramente, pero en el momento en que deseó verla pudo hacerlo más de lo que esperó, porque de forma repentina a través de sus ojos pudo ver el cuerpo deteriorada de su diablesa, hermosa que entregada al sueño permanecía tranquila, pero eso no evitaba que no pudiese pronunciar ese nombre.

-gokú...- susurraba. -mi humano...- eran sus palabras tan claras como el agua de ese sitio.

-¿qué me ha pasado?.- preguntó gokú ante esa visión, a este paso no sabía si era solo un sueño o el limbo entre la vida y la muerte, pero cualquiera de las dos solo significaba un mal destino para nuestro saiyajin.

-el caos restante, el poder que cath robó se ha introducido en usted para evitar no desaparecer...- la voz explicó y gokú se alarmó examinando todo su cuerpo.

-¡¿me convertiré en un monstruo?!.- preguntó y se examinó así mismo como pudo, bastante preocupado.

-claro que nó, el caos restante busca saber si usted es una amenaza en realidad, quiere saber sobre usted, quiere conocerle...- siguió diciendo y gokú frunció su seño.

-la única amenaza es su poder, mira todo lo que provocó!.- habló recordando toda la catástrofe que cath había causado y toda la batalla que se libró.

-pero usted logró oponérsele, logró derrotarlo y eso es algo que se supone no debería suceder.- la fémina voz aclaró. -vuestras dos esencias se han unido, quiere saber más de usted, quiere conocer sus intenciones, pero aunque trate de rebuscar en su interior la realidad es que no hay diferencia si se le ve desde el exterior, usted es igual y aunque oculte sus miedos no se deferencia a lo que yo veo o lo que podría sentir si me sumergiese en su corazón.- esa explicación poco o nada parecía entrar en gokú, porque en lo único en lo que batallaba era en salir, en ver a su amada otra vez y saber cómo estaba.