Capítulo 16 - Rey demonio.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

Los pesados pasos estremecían toda britannia, el rechinar de su armadura acompañaba cada movimiento y las miradas temerosas de los pecados y arcángeles era lo que le recibía, eso sumado con el devastado escenario era algo sumamente de su agrado.

respiró profundamente el aire que le traía el olor a muerte y miseria, teniendo casi consigo la sensación de la muerte casi en sus manos.

-meliodas...- era la débil voz que provenía de cualquier boca, sorprendidos por esa nueva apariencia que no esperaron ver nunca.

-ese es el nuevo rey demonio...- un jadeante zeldris se acercó a la posición de su hermano, podía notarse la esperanza en sus ojos. -ahora que he cumplido con mi parte del trato... solicito que me digas dónde está Gelda!.- exclamó, sin embargo lo único que recibió por parte de su hermano fue una mirada de desprecio total.

-¿aún estás atado a esa vampiro pequeño zeldris?.- preguntó el robusto rubio al azabache que abrió sus ojos de par en par. -tú y meliodas me disgustaban tanto que apenas podía soportarlo.- exclamó y tal declaración dejó estupefactos a todos. Tardaron un momento en comprenderlo, pero era tan obvio que terminaron asumiéndolo.

-tú no eres meliodas...- la albina habló al nuevo rey frente a ella, entendiendo que su amado no está en ese cuerpo.

-elizabeth...- él murmuró. - ver tu rostro me causa tanta repulsión...- declaró, con ello los pasos de zeldris retrocedieron y su boca tembló al tratar de decir algo.

-no puede ser, ¡¿qué haces en el cuerpo de meliodas padre?!.- preguntó y el hombre sonrió de forma burlona al ser reconocido sin tan siquiera tomarse la molestia de decirlo directamente.

-atentos todos, esto no ha terminado!.- merlín advirtió, todo esto se habría tornado mucho peor que la situación anterior y aunque todos siguieron sus palabras, había alguien que no estaba dispuesto a perder más tiempo.

la tierra bajo los pies de ese hombre se agrietó y su silueta fue visible para el patriarca de la raza demoniaca como el mayor obstáculo a enfrentar.

-no sé lo que ocurra...- comenzó a hablar a pocos metros del rubio que le miraba burlonamente. -pero he tenido bastante con ayudarte, así que cumple antes de que te mate.- aclaró. El guerrero de otro mundo encaró al amo de la oscuridad del inframundo quien cruzado de brazos le observó.

-vaya, así que tú eres el amante de esa traidora...- concluyó observando al Son detalladamente. -no sé si reirme o darme la molestia de admirarte por fijarte en ella.- siguió diciendo y observó a su hijo menor.

-lamento decirlo, pero yo no soy meliodas y este par que se supone son mis hijos, te traicionaron...- confesó y los ojos de zeldris se abrieron de par en par. -ellos le prometieron a tu amada retirarle la maldición que el mandamiento trajo sobre ella cuando desobedeció a mi voluntad, pero aunque lo hagan eso no cambiará nada.- explicó y aquello heló la sangre de gokú.

-qué has dicho?.- ante esa declaración eso fue lo único que pudo decir.

-el poder demoníaco no sana una herida causada por una maldición, además de eso cedió el poder de su mandamiento a costa de mantener su apariencia tal cual como la conoces, ellos debieron prometerle arreglar eso con tal de obtener el poder que yo le dí, pero la realidad es que en el momento en el que aquel miasma se comenzó a deteriorar, ya no hay vuelta atrás.- siguió diciendo y no evitó reir.

-en pocas palabras ella desaparecerá aunque se le regrese su mandamiento, ellos mintieron.- con solo decir eso los puños se apretaron y la mirada enojada de gokú señaló a zeldris.

Amor Entre Mundos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora