Velocidad a Sets •Lando Norris

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26 de junio de 2019
Woking, Inglaterra

-Dios, la pelota no agarra mucha altura- suspiro frustrada al ver un vídeo mío sobre un partido en Wimbledon el año pasado.

-¿Eso es malo?- pregunta mi amiga mirándome.

-Algo, significa que tengo que correr más- arrugó mi nariz.

-¡Que flojera!, En la escuela siempre en la clase de deporte le decía al profesor que tenía dolor de estómago y no corría- menciona con una sonrisa juguetona, bebiendo de su café y haciéndome reír.

Estoy en una de las cafeterías que suelo venir junto a Olivia, estamos sentadas, degustando un café, con mi laptop y libreta haciendo un análisis sobre lo que necesito mejorar y en lo que fallo en el tenis.

En Wimbledon al jugarse en césped, la velocidad de la pelota suele ser más rápida, pero estas no rebotan a gran altura.

Hago una mueca al ver en el vídeo como me resbalo tratando de alcanzar una pelota.

-Que vergüenza, a cada rato me caigo en los partidos- me río de mi misma.

Mi amiga mira la pantalla y una carcajada sale de ella contagiandome.

-Esperemos este año no te pase lo mismo- me comenta y su mirada se dirige a uno de los meseros del lugar.

-Desde que llegamos no te quita la mirada, mujer- digo y ella niega.

-Es guapo, pero le coquetea a todo lo que se mueve.

-¿Cómo sabes?

-A la rubia de la mesa de la esquina le está haciendo lo mismo, y no es mi tipo.

-¿Tienes un tipo ideal?- le pregunté.

-No- dice fingiendo restar importancia.

-Estás mintiendo, acabas de decir que no es tu tipo- ella parpadeó un par de segundos con una sonrisa burlona.

-Bueno, sí, lo tengo- me mira- que solo me quiera tal como soy y me proteja- dijo pensativa llevando un dedo a sus labios- y de preferencia que sea rubio, alto y de ojos azules.

-Ahora que recuerdo, todos tus novios han sido así- digo vacilante.

-Lo sé, tengo que cambiar- suelto una carcajada seguida de ella.

-¿Cuándo regresa Lando?- Olivia me pregunta mirándome.

-El lunes por la tarde- dije mientras escribía en mi libreta.

-¿Lo irás a ver?

-Si, iré al aeropuerto para recibirlo- ladeo la cabeza tratando de ocultar la emoción en mi voz.

-¡Ay, el amor!- grita y llevo una de mis manos a su boca para callarla.

-¡Cállate, Oli!

•••

31 de junio de 2019
Woking, Inglaterra

-No bajes tanto la cadera, Lia- la voz de mi entrenador se escucha en cuanto logro rescatar la pelota.

Odio jugar en césped. Me duelen los tobillos de deslizar para alcanzar la pelota, y el dolor en mi hombro y codo derecho está incrementando, pero no digo nada.

Miro la hora en el reloj que adorna mi mano izquierda y me doy cuenta que son las cinco con quince.

Lando regresa cerca de las seis, por lo que me pongo ansiosa y miro a Harry.