Velocidad a Sets •Lando Norris

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23 de noviembre de 2019
Woking, Inglaterra

Habían pasado varios días desde aquel incidente. Lando, como había prometido, venía a verme para asegurarse de que estuviera bien, pero, tan pronto como llegaba, se iba.

En realidad, Lando estaba muy diferente, muy distante a mi parecer, y me mantenía pensando en la manera de poder arreglar la situación, porque por más que le repetía que nada era su culpa, se negaba a escucharme.

Me duele ver que él piense eso, cuando es mi soporte. También sé que es mi culpa lo que pasó, yo soy la única responsable después de todo.

Y no quiero que las cosas entre nosotros comiencen a tornarse diferentes. No quiero que se aleje de mí. Quiero que esté conmigo, brindándome consuelo, no que se aleje como lo está haciendo.

-¿Estás bien, cariño?- mi madre me saca de mis pensamiento, al mismo tiempo que deja un plato de desayuno en frente mío- Te noto algo pensativa.

Sacudo la cabeza a los lados y sonrío a medias.

-Estoy bien, solo estaba pensando.

Mi madre sonríe y se sienta a mi lado.

-Ayer noté algo diferente a Lando- cambia de tema- ¿Sucedió algo entre ustedes? Sabes que puedes confiar en mí o en Chris si prefieres hablar de esto con él.

-También confío en ti, mamá- contesto en un susurro.

Ella chasquea la lengua mirándome con los ojos entrecerrados.

-Sí, pero no vas a negarme que siempre recurres a Chris primero antes que, a mí, ¿o sí? - pregunta divertida y sonrío pillada.

No era secreto lo que decía. Siempre recurría a Chris ante cualquier problema que tuviera. Creo que es más por la confianza que me inspira, es un poco más liberal que mamá en muchos aspectos y siempre sabe aconsejarme y hacerme saber la mejor desición dependiendo del problema que enfrente.

-¿Dónde está papá?

-Salió temprano a la estación de policías- contesta- no me cambies el tema, Lia Martínez.

Me riñe dándome un empujoncito en el hombro.

-Lando se culpa de no haberme podido proteger aquel día.

Mi madre hace una mueca, bebiendo de su café.

-Debes hacerle saber que él ha hecho mucho por ti, debes decirle que no tiene que preocuparse- dice ,como si fuera fácil.

-Eso hice, pero es bastante necio-contesto, bebiendo un poco de mi jugo de naranja.

Y hago una mueca ante lo ácido de la bebida. Pero me componga cuando mi madre me mira atenta cuando pruebo su comida.

¿Había dicho que mi madre tiene un sazón exquisito para la comida? Pues seguramente mentía.

Menos mal no se le ocurrió hacer su maravillosa sopa.

-Creo que debes entenderlo también- cuando dice eso, hace que mi atención se preste completamente a ella- Lando tiene el instinto de protegerte, eres su pareja y quiere cuidarte. Debió sentirse decepcionado por no haber podido hacer algo en las dos ocasiones que Antonio te agredió.

-Pero me sienta mal que se culpe- pico sin ganas mi desayuno- él me ha intentado ayudarme en muchos aspectos.

-Eso lo sé, tu misma me lo has dicho- asegura.

-Aquí la única responsable soy yo.

-Lo sé, tampoco me siento feliz con lo que hiciste, eh- me señala y me encojo en mi lugar.