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2 de septiembre de 2019
Spa, Bélgica

Abro de a poco los ojos por la molesta luz que entra por la ventana del cuarto, la resolana del sol pega directo en nosotros, formándo un ambiente cálido.

Cuando me despierto por completo, me doy cuenta que mi espalda pega con el pecho de Lando, sus brazos envuelven mi cuerpo fuertemente, sujetando mis manos y su cabeza descansa en el hueco de mi cuello.

Los recuerdos de la noche anterior golpean en mi mente, haciendo que me sonroje y mi pulso se acelere.

La forma tan cariñosa y dulce que fue, en todo momento se aseguró de que estuviera cómoda. Sus manos en mi cuerpo y las mías en el suyo, jugueteando con sus cabellos. Los suspiros, caricias y besos que me daba, pero sobretodo, la sonrisa que me dedicó al terminar, fue la sonrisa más real y amorosa que pude sentir en alguien, gesto que fue devuelto por mí.

Fue una noche perfecta, tan perfecta que siquiera quería que acabara. Es entonces cuando me di cuenta que los libros románticos no exageran al plasmar los sentimientos de una persona al querer a otra, porque yo lo entendí aquella noche.

Entendí que quiero a Lando más que a nada, es el chico que me hace sentir segura, que me quiere y me protege a toda costa, y no necesitaba que me lo dijera, no cuando la forma en la que me mira, lo dice todo.

Miro a mi chico por el rabillo del ojo y sonrio. Está durmiendo tan tranquilamente, con una ligera sonrisa en su rostro.

Me doy la vuelta para quedar frente a él, con mis dedos acaricio sus cabellos, su rostro, su mentón y llego hasta sus labios. Me doy la tarea de observar a Lando, si hay algo que me gusta mucho de él, son los lunares que lo acomolejan, al igual que sus largas y castañas pestañas.

Sigo acariciando su cabello de forma tranquila, suelta un suspiro y poco a poco va despertando, topando sus ojos con los míos.

Las comisuras de sus labios se alzan con una ligera sonrisa y pega sus labios en mi sien, dejando un beso cariñoso.

-¿Te gusta ver a la gente durmiendo?- bromea con la voz ronca.

Yo río.

-Es uno de mis pasatiempos favoritos.

-Pues que pasatiempo tan más raro, acosadora- ríe sobre mi cabello.

Yo golpeo juguetonamente su brazo que aún sigue sujetando una de mis manos.

Envuelve su brazo en mi cintura, entrelazando sus piernas con las mías, uniendonos más.

-Buenos días- pronuncia.

Me mira fijamente haciendo que mis mejillas se tiñan de rojo.

-Buenos días- devuelvo el saludo.

-¿Te sientes bien?- pregunta, refiriéndose a la noche anterior.

Asiento para tranquilizarlo.

-Estoy perfectamente bien.

-Vale, eso me tranquiliza.

-¿Tú?- no puedo evitar preguntar.

-Mejor que nunca, inclusive fue la mejor noche de mi vida- recalca la palabra mejor, besando cortamente mis labios.

Me ruborizo al instante.

«bien, ya van tres veces, tranquilizante o explotarás como un globo»

-Tenemos que levantarnos para ir al aeropuerto- recuerdo.

Lando suelta un quejido, sin separarse de mi.

Velocidad a Sets  •Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora