Velocidad a Sets •Lando Norris

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16 de julio de 2019
Woking, Inglaterra

-¿Me estas diciendo que me puse celoso de tu compañero de tenis quien tiene novia?- un indignado Lando me pregunta.

Ambos estamos en el living del hotel esperando a Olivia que llegará en cualquier momento.

Ayer después de nuestra confesión, estuvimos conversando y pasando el rato como una pareja normal. Pude ver algunos celulares apuntarnos y quizá las redes sociales estaban hablando de nosotros, pero no podía darle importa, al final éramos solo el y yo.

-Asi es, Naomi es pareja de Alex desde hace más de dos años- respondo riendo al ver su cara.

-¿Y por qué no me dijiste?- chilla.

-Iba a hacerlo, pero me divertí viendo tu cara- carcajeo y me mira con recelo.

-Siempre me peleas- contradice.

-Te gusta que te pelee- bromeo.

-Al menos no fue tan malo, pude declararme y decirte que te quiero, solo necesitaba ese empujón- dice de manera dulce.

-¿Por qué?- pregunto curiosa.

-Ya sabes, necesitaba el valor para decirlo y que no sufriera de un rechazo- responde.

-Siendo sincera no lo hubiera hecho- le aseguro.

Y lo digo de verdad. Lando había conseguido hipnotizarme desde el principio, pero estoy más que segura que el debía de saberlo.

-Me quedó claro- aprieta mi mejilla- porque te tengo loquita por mí.

-Quisieras- le peleo soltando una risa.

-Sabes que si- susurra con una sonrisa traviesa cerca de mi oreja y un escalofrío recorre mi espalda ante su voz ronca.

Le doy una mirada divertida que él también me devuelve y golpeo su pecho de forma juguetona.

Lando puede parecer un chico tranquilo y reservado. Pero era todo un coqueto. Me había dado cuenta en este tiempo, pero es algo que me gusta de él.

-¡Llegó la más guapa!- la voz de Olivia suena por todo el hotel haciendo que algunos la miren, incluido nosotros, aunque a ella parece no importarle.

Mi amiga se acerca a nosotros con una gran sonrisa que adorna su rostro y nos saluda.

-¡Olivia!- exclamo en el momento que toma mi rostro y planta dos sonoros besos en cada mejilla.

Olivia es muy afectiva, pero yo no tanto.Quizá por eso congeniamos tan bien. Ella era tan extrovertida y yo introvertida.

-Esto es por ganar ayer- dice emocionada.

-Gracias- respondo tímidamente.

-¡Hola, Lando!- saluda al ojiverde con un apretón de manos, gesto que hace reír al chico.

-Olivia- saluda.

-Te llevaré a mi habitación para que dejes tu maleta- le aviso.

Ella asiente frenética tomando su maleta.

-¿Nos acompañas?- pregunto a mi chico.

-Si, iré a mi habitación, olvidé mi celular- dice.

Asiento y caminamos directo al ascensor. Presionamos el botón y esperamos a que baje.

Las puertas se abren y de el salen Max acompañado de Carlos quienes vienen conversando animadamente, ambos se percatan de nuestra presencia y nos saludan, pero cuando el rubio ve a mi amiga, se queda estático.