Shameless (Michaeng G!P)

Capítulo 35.

Tres años después

Chaeyoung POV

"Vamos, Minari..." dije besando su cuello repetidamente. Sentía el cuerpo de mi mujer contraerse con cada beso, mis manos tocaban su cuerpo como cuando éramos sólo unas adolescentes. Y aunque ambas ya teníamos treinta años cumplidos, era como la primera vez.

Sentía su piel tersa en mis dedos, su suave aroma en mis fosas nasales, la excitación​ bombear en todo mi cuerpo pero sobretodo en esa parte de mi anatomía que no podía controlar cuando estaba con Mina.

"Lo... los niños... llegarán en cualquier... momento..." sonreí para mi misma.

Bajé mis manos hasta abarcar con ambas ese hermoso trasero que tanto me volvía loca, apresurada, bajé su pantalón dejándola simplemente en aquella pequeña tanga.

"Con nuestros padre... no llegarán en un rato" no volvió a hablar porque después de abandonar sus labios, hacer un camino de besos de su pecho hasta su estómago, de su boca solo salían pequeños jadeos, los cuales incrementaron cuando mi boca comenzó a besar suavemente su centro.

"Joder... tan bueno, Chaeyoung" Sin previo aviso, hundí mi lengua en su abertura, saboreando sus fluidos, deleitándome con ese sabor que era mi preferido.

Besando su clítoris, adentre dos de mis dedos, provocando que la espalda de mi esposa se encorvarse, culminando así en su suave orgasmo.

Me puse encima de ella para besar suavemente sus labios, ella sonrió en el beso al igual que yo. Sentí sus manos traviesas jugar con mi centro, demás está decir que dolía lo excitada que estaba.

"Alguien quiere jugar conmigo" me dijo para después adentrar sus manos en mi ropa interior, comenzando a jugar con mi miembro. Sus suaves caricias, de arriba hacia abajo; su boca seguía en mis labios, pero no por mucho, beso mi cuello, dejando varias marcas. Hizo un camino del cuello hasta mis senos, besando mis costillas para después guiñarme el ojo y besar más abajo de pelvis.

Cerré los ojos, gruñí al sentir la caliente boca de mi esposa chupar mi parte íntima, dedicándose solo a excitarme más.

"A la mierda..." la atraje hasta mí y me sitúe sobre ella para después penetrarla provocando nuestros jadeos. Sincronización al máximo, mis caderas al ritmo de las suyas, manos entrelazadas, cuerpos unidos y los órgasmos a flor de piel.

Amaba y deseaba a mi esposa tanto como la primera vez.

"Te amo" dije con la respiración agitada.

"Al doble sobre el infinito" contestó mi esposa.

**

La vida nunca avanza conforme tú lo planteas, se dice que antes de que tú llegas a la tierra, ya tienes trazado tu destino, pero eso no implica que tu destino sea perfecto, porque la vida en sí no la es. No sería nada interesante hacer tu vida tal y como supuestamente, la han trazado para ti.

Durante nuestra vida, cometemos muchos errores, conocemos a muchas personas, nos besamos con otras cuantas, nos acostamos con otras pocas, reímos, lloramos, experimentamos, sufrimos... pero lo importante es que, vivimos.

Tenía treinta y un año, era una abogada reconocida en Seúl, tenía a mis padres y hermanos conmigo, era tía de dos pequeños demonios, me rodeaba de mis mejores amigos.

Pero lo más importante, eran ellos. Esas tres personas que ahora me miraban detenidamente mientras yo sonreía. Yujin tenía ya casi diez años y era una versión de Mina con el cabello castaño. Estaba Tae, quien tenía casi cuatro años y era una versión mía. Eran mis tesoros, mi motor de vida, la razón por la cual sonreía y por la cual tenía problemas con el colon. Pero eran mis hijos, y los amaba.

Y allí, allí estaba ella. Tan hermosa como hace dieciséis años, tan delicada, elegante con esa mirada inocente y esa personalidad que me mantenía con los pies en la tierra. Era mi ancla en alta mar, era mi oxígeno... Myoui Mina era mi vida.

Y estoy segura que el destino tenía planeado este panorama. Mis dos hijos con ella, mirándome bajo el atardecer más hermoso que haya presenciado nunca.

Y era hermoso, porque de fondo, estaban ellos.

Y si para tenerlos, la vida me diera la opción de volver a vivir mi historia con Mina, lo bueno y lo peor, lo haría, porque no habría mayor recompensa que tenerlos en mi vida.

Mi familia.