Ginny se consideró, al día siguiente, una persona con suerte. Ya que se despertó muy temprano, tanto que ni siquiera los prefectos estaban despiertos, y eso solo para despertar a Harry y que cada quien se fuera a arreglar a su habitación. No quería imaginar cómo hubieran reaccionado los demás (en especial sus hermanos) al verlos a los dos durmiendo en el suelo de la sala común, abrazados.
Por supuesto, Hermione se había dado cuenta de la ausencia de su amiga durante la noche, y Ginny agradecía a Merlín que ella y Ron habían terminado antes su castigo, porque si no los hubieran visto.
Durante el desayuno, Harry y Ginny se dispusieron a cambiar de tema, hablándoles a sus amigos sobre la voz misteriosa que habían escuchado.
--¿Seguros que no fue por el cansancio?-- les preguntó Hermione un poco escéptica, pensando que aquello era muy imposible
--Estábamos cansados, pero esa voz fue muy clara-- le respondió Harry un poco desesperado, y susurrando para que nadie más que sus amigos lo escucharan --Si solo la hubiera escuchado yo, pensaría que fue una simple imaginación de mi mente, pero también la escuchó Ginny--
--¡Y fue demasiado tenebroso!-- exclamó la mencionada sintiendo un ligero escalofrío y Harry tomo su mano, para darle su apoyo
Hermione y Ron, intercambiaron miradas preocupadas, pero antes de que pudieran seguir comentando sobre lo sucedido, y lo que pensaban, los gemelos Weasley aparecieron, haciendo que la charla se cortara.
Ellos solo querían coordinar algunos arreglitos, sobre la broma que iba a tomar lugar al día siguiente. Aunque ya todo lo tenían listo y el cuarteto solo se debía preocupar por dejarle en claro al colegio que habían sido ellos, además de grabar todo para inmortalizarlo.
Ginny se sintió de inmediato un poco culpable, pues antes de que se hiciera amiga de Draco, ella había acordado que el rubio sería el más afectado de la broma, y ya era muy tarde para arreglar eso. Lo que la hizo sentirse más culpable, es que Draco en el almuerzo, le envió una carta a Hermione pidiéndole disculpas por la forma en la que la había llamado, y que no podía acercarse a hacerlo en persona porque los verían, y era mucho mejor prevenir que lamentar.
Está de mas decir, que Hermione, Ron y Harry estaban muy sorprendidos por el detalle, por suerte Hermione terminó haciéndole señas a Draco (cuando éste salió de la enfermería) de que lo perdonaba. Después, el rubio le sonrió a Ginny desde lejos, como agradecimiento por ser su amiga, cosa que la hizo sentirse mucho peor persona.
En la noche, acomodó un arreglo de manzanas verdes, muy bonito con una carta que decía: "Disculpas anticipadas". Luego, se lo dio a Draco sin ninguna explicación, cuando nadie los veía.
Obviamente, el rubio se sintió muy confundido, pero dejó pasar para disfrutar de sus manzanas. Aunque al día siguiente entendería toda la situación.
--¿Lista?-- le preguntó Harry a Ginny cuando bajaron de madrugada al GC, que aún estaba cerrado
--Muy lista-- respondió ella con una sonrisa nerviosa
Usando los poderes de la pelirroja, abrieron con sigilo la grandiosa puerta, y prepararon todo para cuando el resto del colegio se levantara.
Justo a la hora del desayuno, los profesores y demás alumnos se reunieron en el GC, aunque un poco extrañados, ya que toda la decoración del lugar había cambiado, ahora todo parecía mucho más viejo, como un siglo atrás.
Las risas y exclamaciones molestas vinieron después, cuando los respectivos uniformes de los estudiantes, fueron cambiando mágicamente a vestidos pomposos y de colores opacos, que en realidad combinaban perfectamente con la decoración del gran salón. Por supuesto, los profesores no se salvaron, y tanto hombres como mujeres, tenían puestos esos vestidos.
