Al día siguiente, Ginny se despertó lo más temprano que pudo, con la finalidad de hablar con Hermione antes del desayuno y tal vez con un poco de suerte le sacaría información sobre el secreto que se traía entre manos, junto a Harry y Ron.
Pero, esto no funcionó, ya que cuando se despertó, la castaña ya había bajado a la sala común, sorprendiéndola completamente. Además, eso le aseguró que enserio algo debían tramar y se sintió un poco dolida de que no lo compartieran con ella. A lo mejor, pensó, que se trataba de las absurdas sospechas de Harry sobre que Draco era el heredero de Slytherin, y como ella estaba en desacuerdo con esa teoría, decidieron ocultárselo.
Y la verdad es que esa mañana la hubiera sentido más pesada que el resto, de no ser porque recibió una carta de Sirius y más dineros de su parte para sus ahorros. Eso fue lo único bueno que sintió al empezar el día. Pues, en la hora del desayuno, sus amigos y hermano la estuvieron evitando y al final se tuvo que sentar con los gemelos, para no interrumpir su charla secreta, aunque en ningún momento del banquete les quitó el ojo de encima, para saber sus movimientos y hacia donde iban. Solo que no consiguió nada con eso, al parecer lo único interesante eran las charlas entre susurros, que obviamente no podía escuchar.
Como cereza del pastel de la mala mañana, tenía a primera hora Defensa Contra las Artes Oscuras, aunque por suerte el profesor Lockhart ya no llevaría mas criaturas peligrosas que sembraran el caos, como la primera vez. Pero aun así, le seguía pareciendo aburrida la clase, pues el profesor solo hablaba de sí mismo y de aventuras que ni siquiera eran reales, o al menos eso ella creía.
--...y de esa forma niños me libré del hombre lobo más feroz del que ustedes escucharán jamás-- terminó por fin Gilderoy su relato (que duró toda la clase) y muchos aplaudieron, aunque Ginny se mantuvo seria y solo mirando a sus amigos, quienes estaban sentados frente a ella
Para colmo, tuvo que sentarse junto a Lavender Brown en la clase, quien no le caía para nada bien.
--Si quieren, podemos hacer una obra de teatro sobre esta maravillosa historia-- siguió hablando Lockhart, con tono risueño --Obviamente yo la supervisaría y...-- la campana de final de clases sonó y todos se levantaron algo aliviados de sus asientos --Bien niños, hablaremos de esa obra la próxima clase--
Ginny tomó sus cosas, algo desanimada, y salió junto con sus demás compañeros del aula, la diferencia es que se quedó en la puerta para poder abordar a sus amigos y hermano. Necesitaba respuestas, y esperaba poder conseguirla sin iniciar ninguna pelea.
Segundos después, todos ya se habían ido y Ginny estaba segura de que sus amigos no habían salido, así que se asomó un poco al salón, notando como ellos hablaban con el profesor Lockhart, y este estaba a punto de firmarles un pergamino.
--Bueno, estoy seguro que a nadie le parecerá mal que ayude un poco a la mejor estudiante del curso-- comentó Lockhart dándole los últimos toques a su firma en el papel
Para Ginny era muy obvio, el brillo de emoción en Hermione, Ron y Harry, al ver la firma en el papel. Lo que la hizo fruncir el ceño.
--Bueno... aquí tienen niños-- terminó el profesor con una sonrisa, y los chicos miraron la firma en el papel, con una sonrisa muy ancha --Así que, Harry-- continuó mientras Hermione guardaba con manos temblorosas el pergamino en su túnica --Mañana se juega el primer partido de Quidditch de la temporada, ¿Verdad? Gryffindor contra Slytherin, ¿No? He oído que eres un jugador fundamental al igual que la señorita Weasley. Yo también fui buscador. Me pidieron que entrara en la selección nacional, pero preferí dedicar mi vida a la erradicación de las Fuerzas Oscuras. De todas maneras, si necesitaras unas cuantas clases particulares de entrenamiento, no dudes en decírmelo. Siempre me satisface dejar algo de mi experiencia a jugadores menos dotados...--
