--¡Es que esto no puede seguir así, Dumbledore!--
Un grito no muy lejos comenzó a despertarla, y se removió algo incómoda en la camilla, pensando que solo estaba soñando. Y a esto se le anexaba que de fondo escuchaba una melodiosa música, que fácilmente podía ser producto de su imaginación.
--Debe calmarse, señor Black. Esto fue un accidente. Además ella está bien, y pronto despertará--
--Él tiene razon, Canuto--
--¡¿Pero en qué clase de escuela estamos?! ¡Perros de tres cabezas, basiliscos, arañas gigantes! ¡¿Qué sigue?! ¡¿Guardan un Dragón en la Torre de Astronomía?!--
Como ya los gritos eran un poco más fuertes que la música, Ginny comenzó a darse cuenta de que no era un sueño. Que estaba escuchando la vida real.
Abrió los ojos lentamente y se tomó unos minutos para procesar su alrededor. Se encontraba acostada en una camilla de la enfermería, pero no podía ver más allá, ya que la rodeaba una cortina blanca.
--Sirius debes calmarte--
Reconoció entonces, esas voces que había escuchado.
--¡No me calmaré! ¡Me aseguraron que ella estaría bien!--
¿Sirius? se preguntó mentalmente Ginny, frunciendo el ceño.
Volvió su cabeza hacia su mesita de noche, soltando de inmediato un brinco del susto al notar que una gran ave reposaba encima de unos frascos.
Era Fawkes, y él producía la música que había escuchado anteriormente, aunque este dejó de cantar para acariciar su mejilla con su pico.
"Lo hiciste bien" le dijo el animal en un tono orgulloso, que logró sacarle a Ginny una sonrisa débil.
La pelirroja intentó incorporarse en la camilla, y en eso notó que el brazo que se había lastimado, estaba completamente vendado, y ya no sentía dolor. En su mente se preguntó cómo es que había sobrevivido al veneno del basilisco, pero Fawkes se encargó de responderle esa pregunta:
"Mis lágrimas pudieron curarte".
Ginny le volvió a sonreír agradecida, y mientras acariciaba el pico de Fawkes, miró de nuevo todo lo que le rodeaba.
¿Que habría pasado? ¿Cómo llegué hasta aquí? ¿Hasta cuándo todo lo que recordaba era real?
--Ella estará bien, Sirius. Pero primero debes calmarte--
Detrás de la cortina, se escuchó la voz de Lily Potter, lo que confundió mucho más a Ginny.
--Yo debo arreglar unas cuantas cosas para el banquete de esta noche. Si me disculpan-- ese era Dumbledore, y después sus pasos se escucharon saliendo de la enfermería
--¿Banquete de esta noche? ¡Ginny está inconsciente y él se preocupa por un banquete!-- exclamó Sirius más que enojado
La pelirroja un poco aturdida, se levantó lentamente de la cama, sintiendo como el frio suelo que tocaban sus pies descalzos, lograba despertarla por completo.
Fawkes agitó un poco sus alas, pero ella le aseguró con otra sonrisa que se sentía bien. Y es que caminaba normal, por mucho que su mente fuera un desastre y su brazo estuviera vendado.
Caminando casi de puntitas, llegó hasta la cortina blanca, y la movió un poco para ver el exterior sin que nadie se diera cuenta. Afuera, notó que no solo estaban Sirius y Lily, sino también Remus Lupin y James Potter. Aunque lo debió de haber supuesto, ya que para donde iba uno, iban los cuatro.
