Al llegar a la sala de profesores, a Ginny ni siquiera le importó que le faltara el aire por el cansancio, solo abrió la puerta de golpe y pasó, con Harry y Ron casi pisándole los talones.
La sala de profesores, era una sala amplia, con una gran mesa y muchas sillas a su alrededor. Por lo general, los profesores se reunían allí durante los recesos. Ese lugar era como la sala común para los maestros, que para un poco de desgracia de los chicos, estaba completamente vacía.
Los tres aun así, se adentraron más en la sala, esperando a que dentro de unos cuantos segundos, sonara la campana del receso y los profesores llegaran, pero en vez de eso, se escuchó la voz de la profesora Mcgonagall, amplificada con medios mágicos.
--Todos los alumnos volverán inmediatamente a los dormitorios de sus respectivas casas. Los profesores deben dirigirse a la sala de profesores. Les ruego que se den prisa--
El tono que había usado la profesora parecía demasiado angustiado, a pesar de que intentaba ocultarlo, lo que hizo que el mal presentimiento en Ginny creciera.
--¿Qué hacemos ahora?-- le preguntó Harry a Ginny
--Obviamente no nos iremos, ¿Verdad?-- Ron miró a su hermana y esta lo pensó unos instantes
¿Para que Ginny se mentiría a si misma? No se irían ni siquiera por las advertencias, así que miró a su alrededor, buscando un rápido escondite, y lo encontró poco después.
--Escondámonos allí-- señaló un ropero al cual entraron de inmediato
Era un ropero un poco pequeño, y habían demasiadas capas colgadas, lo que les dificultaba un poco la movilidad, además de que el broche de Ginny sin querer se quedó amarrado a una de las capas, por suerte ella lo notó y se lo volvió a colocar, justo cuando voces preocupadas se comenzaron a escuchar cada vez más cerca por el pasillo.
Los tres niños, se acomodaron para ver por el pequeño agujero de la puerta entre abierta del ropero, que resultaba ser su única forma para ver el mundo exterior.
Los profesores, a excepción de Mcgonagall y Lockhart, entraron segundos después a la sala, intercambiando murmullos nerviosos o miradas tensas, para que luego tomaran asiento en las sillas de la gran mesa, con la misma actitud.
Parecía que algo los inquietaba demasiado, incluso el profesor Snape estaba igual, y es que Ginny se encontraba en la misma situación.
¿Habrá ocurrido otro ataque? ¿Algo más grave?
La puerta de la sala se abrió, y todos pensaron que era Mcgonagall, pero al contrario, entraron James y Lily Potter, Remus Lupin, Nymphadora Tonks y Sirius Black. Creo que no es necesario mencionar que los niños se sintieron mucho más impresionados al verlos allí.
--¿Minnie dijo algo?-- preguntó de inmediato Sirius, pero algunos profesores negaron con la cabeza, decepcionándolo
--¿Que habrá pasado?-- preguntó Lily en voz alta, mientras James la abrazaba, porque ellos al igual que sus compañeros, estaban muy nerviosos para tomar asiento como los profesores
--No debió ser nada grave, seguramente solo es una falsa alarma-- intentó tranquilizar Remus a todos, pero en su rostro se notaba la preocupación
--Remus tiene razon. Todo estará bien-- apoyó Tonks y el castaño le sonrió como agradecimiento, provocando su sonrojo y un cambio de color en el cabello
El lugar se sumió en un incómodo silencio, que hasta comenzaba a afectar a los niños escondidos, pero después de unos segundos, la puerta se volvió a abrir y esta vez sí fue la profesora Mcgonagall.
