Jeon JungKook es un chico adorado, impaciente, competitivo y ciertamente chulesco, pero un Alfa adorado y apreciado.
Kim TaeHyung es un chico brillante, divertido, alegre y demasiado tierno, pero un Omega brillante y apreciado.
Park Jimin es un chic...
Lo prometido es deuda 💜 día 1 de diciembre y comenzamos con esta historia. Espero reciba amor y os gusten estos personajes. Esta primera parte será un poco intieuccion a los tres protagonistas. Muchos besitos y gracias siempre por todo 💜
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En esta nueva época, más moderna y equilibrada, con más respeto e igualdad, saber que una casta no definía a la persona era tan natural como saber que el color de piel no era importante.
Un claro y vivo ejemplo era Kim TaeHyung. Un dulce y tierno Omega desde su nacimiento, con una sonrisa única y característica, una risa siempre infantil, una actitud que podría resultar extraña pero que era encantadora a la vez y unos padres amorosos. El pequeño TaeHyung nació Omega, un bonito y de mejilla sonrojadas Omega.
Sin embargo él no encajaba en la estética anticuada de los de su casta. Porque TaeHyung no tenía la piel pálida pareciendo porcelana, era bronceada y morena por criarse y vivir en el campo. Tampoco era pequeño y delicado, TaeHyung era fuerte, alto y muy atolondrado a la hora de jugar, correr, montar a caballo o ayudar a sus padres en el cultivo de su granja.
Por otro lado, otro ejemplo ejemplar, era Jeon JungKook. Un cachorrito de grandes ojos brillantes, labios pigmentados en cereza, sonrisa tierna de conejito, risa estridente aguda y una personalidad avergonzada y cerrada con quién no tenía confianza. El pequeño JungKook nació Alfa, un lindo y de ideas extrañas Alfa.
Sin embargo, no encajaba en la supuesta casta a la que pertenecía. Porque aunque era grande, fuerte y robusto; amaba reír, ser infantil y si solo veías si rostro parecía ser un niño que nunca crecía.
Pero eso no importaba, porque solo las personas mayores que aún no habían aceptado las mejoras en sus años de juventud juzgaban. A su edad, los dieciséis años, todos eran iguales y era genial y divertido que fuera así.
Y luego estaban los Betas, esos seres que por fin fueron incluidos en las clases y libros de enseñanza básica sobre el mundo de los lobos. Esa casta marginada durante años que aún lloraba lo que tuvieron que sufrir sus antepasados.
El número de Betas en su país había crecido con el paso de los años, muchos padres, si bien lo la mayoría, ya no los abortaba y los criaba como lo que eran: sus hijos.
Mas como en todas las sociedades, siguen habiendo personas cerradas d mente y chapados a la antigua de mala forma. Gente que no soportaba la idea de que un ser "inferior" correteara a sus anchas por su ciudad. Personas que no creían que los Betas fueran "personas sanas" y que invitaban al pecado.
Y esto nos lleva al pequeño Park Jimin. Un chico que con quince años era demasiado fuerte para ser Omega y demasiado débil para ser Alfa, demasiado delgado para ser Alfa y demasiado robusto para ser Omega... o al menos eso es lo que él aprendió en su hogar.
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