Jeon JungKook es un chico adorado, impaciente, competitivo y ciertamente chulesco, pero un Alfa adorado y apreciado.
Kim TaeHyung es un chico brillante, divertido, alegre y demasiado tierno, pero un Omega brillante y apreciado.
Park Jimin es un chic...
Nota: he hecho unos leves cambios, sorry, sin tenía que tener claros puntos de esta historia. Trataré de actualizar más tarde 🤍
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Un nuevo día en la zona rural de Busan había iniciado al igual que los demás. La gente corría de un lado a otro, tratando de llegar a tiempo a sus trabajos o instituciones. Estos últimos felices de que fuera el día final donde tan solo entregaban las notas, pasaban tiempos divertidos entre sus compañeros y se despedían de estos para pasar las vacaciones de verano.
Sin embargo para Park Jimin era diferente.
Ser el último día de clases era no acudir a estas, no recoger sus notas y estar en casa. Jimin sabía que había aprobado todo con buenas notas y que pasaría de curso, sin embargo a sus padres aquello no les importaba y era más importante comenzado a levantar la dichosa verja.
A eso de las 8 de la mañana, toda la casa Park despierta, su padre le obligó a ponerse ropa manchada y vieja para ayudarle. Los agujeros que año tras años cababan para levantar las grandes dimensiones de esos troncos de madera que guardaban de normal en el establo le estaban matando la espalda de dolor.
-Padre. -Le llamó, este dejó de cabar y le miró expectante. -¿Por qué cada año montamos la verja en vez de dejarla puesta sin más? -El Alfa retiró el rastro de sudor de su frente y lo miró relajado.
-Recuerda que en invierno hace mucho viento, podría romperse y ya no la tendríamos para el próximo año. -Jimin asintió despacio. -Además, prefiero que los caballos corran libres.
La familia de Jimin se dedicaba a la crianza de caballos de élite, caballos enormes de la clase Percherón que intimidaban pero que eran una dulzura. Uno de los sueños frustrados de Park era poder montar alguna vez en ellos, sin embargo lo máximo que había podido alcanzar a hacer era ir al lado de estos cuando cabalgaban en su bicicleta.
-Jimin. -Le llamó su madre desde el porche de la casa. -Tu profesora está llamando al teléfono de casa.
-¿Ha pasado algo? -Preguntó ladeando su cabeza repentinamente asustado.
-Dice que quiere felicitarte por tus notas y ofrecerte una beca para la universidad. -Jimin estaba en su penúltimo año, osea que el siguiente curso sería el definitivo y con el cual podría optar a ir a la universidad. La sola idea de marcharse de casa, al mundo exterior, le asustaba sin embargo le hacía feliz también saber que sus esfuerzos tenían un gran fruto. Dejando de lado la pala se encaminó sonriente hacia su casa, mas la voz de su padre a su espalda le detuvo.
-Dile a la profesora que mi hijo no irá a la universidad, debe quedarse a cuidar del rancho y de nosotros. -El joven rubio bajó su vista dejando morir su sonrisa para volver sobre sus pasos. -Estudiar es una pérdida de tiempo para ti hijo, lo sabes.
Jimin asintió, dándole la razón a su padre. Porque era cierto, un Omega como él no era bueno para nada más que cuidar de la familia que algún día tendría. Él soñaba con tener un Alfa que fuera tan bueno como su padre, un Alfa que le cuidara y recordara su lugar en el mundo.
