Jeon JungKook es un chico adorado, impaciente, competitivo y ciertamente chulesco, pero un Alfa adorado y apreciado.
Kim TaeHyung es un chico brillante, divertido, alegre y demasiado tierno, pero un Omega brillante y apreciado.
Park Jimin es un chic...
Juro que estoy llorando antes de si quiera escribir lo que quiero escribir solo porque le daré fin a este historia. Por favor, no me dejéis en visto la nota del ultimo capítulo de hoy <3
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El Beta no sabría decir cuanto tiempo estuvo gritando y llorando, mientras se retorcía pegando golpes, en ese maletero. Se reprochó por no tratar e adivinar el camino por sus curvas y paradas, se dijo idiota porque eso era prácticamente imposible. Sus gritos eran callados por la cinta en su boca y sus golpes por la música a un alto volumen que su madre había puesto. Escuchar a su madre cantar canciones de grupos femeninos de K-Pop como si estuviera simplemente limpiando o pasando un buen momento le hizo sentir una terribles ganas de vomitar. Así que, lo que quedaba de camino y deseando que fura poco, se concentró en controlar sus nauseas pues temía literalmente morir ahogado en su propio vómito.
Cuando el coche se detuvo, rato terno después, fuera tan solo se escuchaban grillos y los zapatos de su madre resonar en gravilla. El maletero se abrió y de nuevo la figura de su madre, con esa sonrisa macabra, le saludó.
-Arriba. -Pidió repentinamente dulce, tomando uno de sus brazos y haciéndolo salir del coche. Jimin cayó de bruces al suelo de arena y piedras al seguir con sus pies atados y sus piernas entumecidas. -Que vergüenza de hijo. ¿No se supone que los Betas sois más fuertes que los Omegas? -Preguntó sin espesas respuesta la mujer, tirando de nuevo de su brazos hasta ponerlo en pie y desatar sus tobillos y que así pudiera caminar. Jimin la miró, era la primera vez que se refería con él como Beta y eso le asustaba más que nada en el mundo. -¿Reconoces este lugar?
Jimin miró a su alrededor, era una noche profunda y a penas podía ver lo que había debajo de sus pies. Su madre lo arrastró unos metros hacia delante y prendió una linterna hacia el frente. Un lago, seguramente el lago que estaba a las afueras de Busan y donde él tenía ligeros recuerdos de su infancia.
-Aquí fue donde tu padre se me declaró. -Habló repentinamente dulce y sonriente la mujer. -También donde tiré sus cenizas. -De golpe su sonrisa se borró, sus ojos con la mayor de las rabias siendo dirigidos a Jimin. -Ahora tú, Omega defectuoso, morirás en venganza por tu padre. -Jimin ahogó un grito volviendo a llorar. Las declaraciones cambiantes de animo y en referencia hacia él solo le hacían saber que su madre realmente había perdido todo ápice de razón, su madre literalmente estaba loca sicótica. -Te voy destapar la boca para que podamos tener una cena como esas comidas que hacíamos de pequeño, ¿recuerdas? -Jimin la miró entre la infinidad de sus capas de lagrimas en sus ojos apagados. -No vayas a gritar o será más doloroso, nadie te va a escuchar de todos modos.
La boca de Jimin fue liberada de un tirón, con tanta fuerza que su piel se irritó y algo de bello fue arrancado. La primera bocanada de aire que mortal y de nuevo sintió ganas de vomitar. Las pequeñas manos de su madre abarcaros sus mejillas y las besaron con delicadeza.
