Capítulo 20~Amor

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JungKook fue el primero en despertar, en esa paz de la neblina del sueño que nunca trae malos pensamientos ni sensaciones. Era feliz, en sus sueños lo era.

Poco a poco, recobrando la consciencia, fue recordando lo acontecido la pasada noche. Y sonrió, como niño feliz la mañana de navidad o cuando le regalan un simple dulce. Dulce, así olía a su alrededor el anís a pesar de ser algo fuerte para pertenecer a un Omega.

-Tae. -Susurró estrechando el cuerpo en la cama a su lado, pegando el bonito y delicado cuerpo de su Omega al suyo.

-Kookie. -Respondió el pelinegro despertando también, enterrando su rostro en el fuerte y duro pecho del Alfa.

-Minnie. -JungKook estiró su mano tras el cuerpo de TaeHyung, buscando el del más pequeño y encontrando vacío. Los ojos de JungKook se abrieron de golpe, a la par que se sentaba y alteraba a su Omega que despertó del todo con el corazón a mil. TaeHyung le miró asustado e interrogante. -Jimin no está.

TaeHyung volteó a su espalda y corroboró que era cierto. Enredando la sábana en sus pies se puso en pie y salió de la cama con dirección al piso inferior, JungKook corriendo descalzo también tras él.

-Está todo igual. -Murmuró el Omega al observar los muebles cubiertos de telas y polvo espeso, la oscuridad de la casa solo clara junto a las pequeñas rendijas de las persianas. -Y su maleta no está. -Dijo entonces buscando la gran maleta de color rosa brillante.

-¿Lo habremos soñado? -Preguntó tragando forzadamente JungKook. TaeHyung pareció dudarlo unos segundos. Esos sueños en los que los tres estaban juntos de nuevo eran recurrentes y destrozaban sus ilusiones de volver a verse de forma abismal pero...

-No lo recordaríamos los dos. -Susurró, JungKook asintió y entonces un crujido de la madera del porche hizo a ambos ver hacia la puerta de la casa siendo ese su siguiente destino de pasos atrotinados.

Al salir al porche vieron sus coches, la tierra árida del lugar y la enorme verja que llevaba años dividiendo las tierras de los Park de sus amigos los Kim. De nuevo un crujido resonó, esta vez a su lado, y junto a él el particular sonar de una vieja mezefora mecerse.

-Buenos días. -Saludó el señor Park tomando una taza de café tranquilamente. JungKook y TaeHyung ofrecieron tímidas reverencias a la par y descordinadas a la vez como saludo.

-¿Minnie? -Preguntaron juntos, SeongHwa sonrió de lado y señaló hacia su espalda, en específico a la parte trasera de la casa y que llevaba al bosque.

-Cada mañana hace meditación y se conecta con su lobo. -Informó antes de dar otro sorbo a su café. -Al principio era para reforzar la relación, creo que ahora lo hace solo por gusto. -Suspiró. -Creo que le da paz.

-Gracias. -Tartamudeó TaeHyung antes de tomar la mano de JungKook y encaminarse hacia la parte trasera de la casa.

Al bordear la casa se encontraron de frente con una imagen demasiado bella e idílica para ambos. Jimin estaba sentado en posición flor de loto en el centro de una gran cantidad de matorrales verdes que habían crecido por la falta de tratar la tierra, el sol golpeaba su pálida piel haciendo sus mejillas sonrojar y sus ojos estaban cerrados en calma acompañando una linda sonrisa angelical.

La pequeña nariz de Jimin se movió olisqueando algo nuevo en el ambiente que le hizo suspirar enamorado y que, por ende, hizo sonreír a los otros contrarios. Se tomó un par de segundos para despedirse de su espíritu animal y abrir los ojos.

-Buenos días. -Saludó sonriendo achicando sus ojos.

-Buenos días. -Saludó TaeHyung dando un par de pasos más cerca de él y llevando consigo a JungKook.

Nuestro Trabajo es estar contigo ~ VKookMin ~ JungKook, Jimin y TaeHyungWhere stories live. Discover now