El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]

Capítulo 42 Traerlo de vuelta

Alysa POV

Sabía que algo no estaba bien.

Lo sentí dentro de mí tan molestamente que era un incordio.

-¿Estás segura, Alysa? -Me pregunta Casio por enésima vez, mientras ambos nos abrimos camino entre la arboleda.

-Lo estoy. Sé que es una locura, especialmente con el vínculo tan debilitado, pero sé que algo no anda bien

Casio se quedó callado por fin y se limitó a seguirme entre los árboles.

Estaba terminando mi almuerzo, mientras escuchaba hablar a los hombres murciélago, cuando de pronto sentí un fuerte pinchazo en el pecho que hizo que me doliese horriblemente. Los hombres murciélago se dieron cuenta de inmediato y me preguntaron qué estaba pasando, pero yo apenas y pude articular palabra por un minuto, mientras procesaba que estaba sintiendo.

Era Nevra, era a él a quien estaba sintiendo.

Había pasado más de dos meses desde la última vez que sentí alguna emoción de parte de Nevra. Cuando cerré nuestro vínculo, mientras él se encontraba lejos y luego rompí cualquier lazo que nos unía, toda emoción y sentimiento que pudiera venir de él desaparecieron por completo. Seguía sintiendo el vínculo ahí presente, pero era supremamente débil, casi nada, por ende, era imposible que algo pasara a través de él.

Hasta ahora, por lo menos.

Cuando comprendí que algo malo estaba pasando, le comenté rápidamente a los hombres murciélago quienes me miraron preocupados. Les dije que tenía que buscar a Nevra, y Casio se ofreció a acompañarme, aunque estaba dudoso de la situación, como había dejado en claro con sus preguntas.

Pero yo estaba decidida a encontrarlo. No estaría en paz hasta haberlo visto con mis propios ojos y saber que todo iba bien.

-Escucho voces -Casio puso su mano sobre su arma mientras nos guiaba hacia donde provenían las voces que había escuchado.

Casio se detuvo de pronto y entendí porque muy rápidamente.

Había una hembra feérica muerta en el piso, otra que apenas respiraba. Dos hombres, que por sus vestimentas debían de ser Cazadores, también muertos, uno de ellos estaba decapitado, pero eso no era lo más horrible de todo.

-¿Qué están haciendo? -Grité y me abrí paso hacia el centro del lugar.

Valkyon levantó su mirada desde su posición encima de la espalda de Nevra y, claramente, estaba sorprendido por mi aparición. El líder la Guardia Obsidiana estaba amarrando las manos de un inconsciente Nevra detrás de su espalda.

-Esto es por tu maldita culpa -De la nada Karenn se encaminó hacia mí con claras intenciones de hacerme daño. Casio la interceptó y la mantuvo a metros de distancia, mientras la vampiresa lo golpeaba para soltarla.

-No entiendo de que hablas, Karenn. Nosotros acabamos de llegar -No entendía porque la rabia repentina de Karenn. Bueno, claro, sabía que ella me odiaba por todo el asunto con Nevra, pero nos habíamos mantenido al margen la una de la otra tanto como fue posible.

-Por supuesto que no entiendes nada. Nunca lo haces -Karenn dejo de debatirse entre los brazos de Casio y por fin pude mirarla bien. La vampiresa tenía los ojos llorosos, como si tuviera ganas de llorar, pero se estuviera conteniendo de no derramar ninguna lágrima.

-¿Qué pasó, Andrómeda? -Preguntó Casio, a la mujer murciélago, con voz de mando. Era una orden y como buen soldado que era ella, respondió de inmediato.