Capítulo 17 Una flecha

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Alysa POV

Volví a intentar liberarme de las cuerdas que sujetaban mis muñecas, pero el esfuerzo solo puso mi piel en carne viva. Lo único que había conseguido nuevamente era lastimarme en vano.

-¿Podrías quedarte quieta de una puta vez? -El gruñido de uno de mis captores hizo que me quisiera encoger en la esquina del improvisado carruaje, que más bien parecía una carreta con techo. Ya sea por tenacidad o mera estupidez, no quería mostrar el miedo que se aferraba a cada parte de mi cuerpo frente a mis secuestradores.

-La verdad esta es la primera vez que me secuestran y me atan, así que sigo intentando encontrar una posición con la que me sienta cómoda. Tal vez la próxima vez sea más fácil

Sin poder siquiera darme cuenta el feérico tomo un puñado de mi cabello y lo uso para golpear mi cabeza contra el lateral del carro. El golpe fue lo suficientemente fuerte para desorientarme un poco, pero no para perder el conocimiento como había pasado la primera vez.

-Estúpida humana. Pese a tu situación sigues queriendo hacerte la graciosa. Será mejor que comiences a recordar tu lugar

Estuve tentada a volver a decir algo que enojara el feérico, pero tenía que dejar de llevarme por las emociones y comenzar a pensar en un plan que me libere de aquí.

Uno que no incluyera la fuerza, ya que me encontraba en una clara desventaja. Además del feérico que me había golpeado, también había dos feéricos en el frente de la carreta conduciéndola.

El que estaba conmigo era sin duda el musculo del grupo. Era un hombre musculoso y grande que probablemente debía de medir más de dos metros de altura. Tenía el cabello al ras, orejas puntiagudas y piel de color grisácea. Los otros dos miembros del grupo eran un hombre y una mujer y por el poco tiempo en que fui capaz de verlos, pude notar, sin lugar a duda, la fuerte similitud entre ellos, o bien eran hermanos o en definitiva debían de estar relacionados de alguna manera.

-Es mejor que estés igual de dócil cuando lleguemos, lo cual no falta mucho

Estaba segura de que no habíamos estado mucho tiempo viajando así que no debíamos estar tan lejos del C.G. Tal vez, una vez abrieran la puerta podría encontrar una forma de huir y regresar corriendo hacía el C.G, pero estaba el hecho de que era bastante posible que ellos fueran más rápidos que yo, y me atraparan antes de llegar o encontrar ayuda, lo cual me dejaría en una peor situación que antes, ya que no estarían nada contentos conmigo.

Así que, si no lograba encontrar una forma segura de huir, tenía que poner mis esperanzas en que alguien noté mi ausencia. Y que fuera pronto.

Por suerte para mí, no eran esperanzas vanas. Debido a todo el tiempo que había pasado con Nevra en estas últimas semanas estaba segura de que él iría a buscarme apenas tuviera un tiempo libre para pasar la tarde juntos, cosa que se había vuelto casi una rutina en estos días. Contaba con que él fuera a mi habitación y viera la puerta semiabierta como la había dejado antes de ser secuestrada. Básicamente apenas di un paso dentro los tres feéricos en mi habitación, me habían amordazado y habían roto mi venta para sacarme por ahí, para luego dejarme inconsciente ya que no paraba de patalear y moverme.

Cuando me había despertado ya me encontraba encerrada en el carruaje, sin la mordaza, pero si con las muñecas atadas a mi espalda y ese grandote feérico vigilándome y sin responder a ninguna de las preguntas que le hacía.

Nevra definitivamente iba a notar que algo estaba mal.

Y ahora con todo eso en mente y en la peor de las situaciones, mi mente se concentró en los recuerdos que tenía con Nevra. Inevitablemente pensar en él me daba cierta paz en estas horribles circunstancias.

El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]Where stories live. Discover now