Capítulo 45 Dejar el mundo arder

285 18 84
                                    


Nevra POV

La opción de matar a Alysa únicamente iba a pasar sobre mi cadáver.

Iba a acabar con cualquiera que intentase acercarse a ella con ese fin.

No quería que Alysa destruyera el campamento y tampoco deseaba que murieran personas inocentes, pero, por más egoísta que suene, su vida valía más para mí que las posibles consecuencias de lo que podría pasar si no la deteníamos a tiempo.

Lo único que podía pensar es que no quería perderla.

No pensaba de ninguna manera permitir que eso pasara.

Sin decir nada, ni a Ezarel ni a Andrómeda, salí corriendo hacia mi tienda. Utilice mi velocidad vampírica para llegar en apenas unos segundos.

Lo primero que vi, cuando llegué, fue la tienda ondear con la fuerza del poder que estaba liberando Alysa. Era una fortuna que no hubiera salido volando aún, y la única razón es que había sujetado y enterrado tan bien los palos de la tienda en la tierra que esta se había mantenido justo donde estaba.

Lo segundo que vi fueron todas las personas que se encontraban ahí. Miiko, Huang Hua y Leiftan se encontraban en el lugar justo como esperaba, pero, además, también estaban Casio y su mano derecha Horus. Imaginaba que sus otros dos subordinados debían de estar ayudando a alejar a todo el mundo de este lugar tanto como fuera posible.

Ignore las miradas sorprendidas de todos y me encamine hacia la tienda. Apenas tenía vistazos de Alysa cuando la tienda se levantaba. El mismo poder que desprendía la nube celeste la estaba rodeando a ella y la mantenía flotando a uno metros de la cama.

-Yo de ti no haría eso. -Escuche el comentario de Horus, pero no podría importarme menos. Lo único que quería era llegar con mi compañera.

Aunque claro, eso demostró ser un rotundo error de mi parte porque apenas estuve en la entrada de la tienda, el mismo poder que nos había golpeado a Andrómeda y a mí en el bosque, me acababa de mandar tres metros lejos de la tienda.

-Que no se diga que no se te advirtió. -Me levanté un poco adolorido por el golpe y miré mal a Horus.

-¿Cuánto tiempo lleva así?

-No estamos seguros. -Dijo Leiftan. -Hace unos veinte minutos alguien diviso esa nube celeste y nos avisó de lo que estaba pasando y varios minutos después, cuando ya estábamos aquí, una onda de poder golpeo a todo el campamento, pero puede que lleve más tiempo que eso.

-¿Sabes que está pasando Huang Hua? -Pregunté buscando respuestas e intentando no revelar lo angustiado que estaba en mi voz. Necesitaba mantener la calma para ayudar a Alysa, pero para ello necesitaba saber que estaba ocurriendo.

-No estoy muy segura. Lo único que sé es que ese poder proviene claramente de Alysa ya que tiene la misma esencia que ella. Además, también sé que es un poder destructivo. Lo sentí en la primera oleada y lo confirmé cuando me acerqué a la tienda y me pasó justamente lo mismo que a ti, Nevra.

<<No sé qué lo habrá activado o provocado, pero sé que si no lo detenemos pronto terminará llegando a su punto máximo y es muy posible que nos destruya a todos. Literalmente lo que acabas de sentir de ese poder ni siquiera se acerca al 5% de su capacidad>>

Fue imposible no hacer una mueca ante eso último. Sabía que el poder que dormía dentro de Alysa era poderoso, pero nunca imagine que pudiera ser tan peligroso también.

-El problema es que no podemos acercarnos y nuestra magia defensiva también es repelida, así que no tenemos la menor idea de cómo hacer para detenerla. -Dijo Miiko. Las llamas azules ardían con más fuerza en la jaula del bastón que sujetaba la Kitsune, lo cual era un indicio de que había usado su poder recientemente. -Si no podemos detenerla tendremos que usar un hechizo que destruya todo en un radio de 100 metros, el poder es inestable, así que un hechizo similar a ese poder debería funcionar para detener lo que está pasando

El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora