Capítulo 50 Lo Único que Importa

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Alysa POV

-¿Estás seguro? No tienes que hacer esto si no quieres. Podemos ir paso a paso

-Sí, estoy seguro. Ya es hora de que deje de usar las vendas. No tengo nada que ocultar, ni de lo que esconderme. -Di un suave asentimiento porque no me veía capaz de pronunciar palabra alguna debido a la emoción.

Cuando le pedí a Nevra, anoche, que se quitara las vendas estaba casi segura de que diría que no, sin embargo, me sorprendió aceptando mi petición.

Por poco y lloro por ese pequeño triunfo, pero sabía que eso no era lo que necesitaba Nevra en ese momento. Así que decidí coquetearle descaradamente para hacerlo reír.

Cosa que funcionó.

Sin embargo, no esperaba que fuera una decisión definitiva. Pensé que solo había aceptado quitárselas mientras dormíamos, no que iba a decidir no usarlas más.

Yo no podía sino estar absolutamente contenta con ello. Ahora podía ver el rostro de mi compañero al completo, un rostro que amaba, un rostro que me encantaba ver con o sin cicatriz, pero no quería que se sintiera presionado hacer esto, quería que lo hiciera porque así él lo quería.

Eso era lo único que importaba.

-Estás pensando demasiado en esto, nena. Te aseguró que de verdad quiero hacer esto

-Está bien, no voy a decir nada más sobre el tema, ni tampoco matarme la cabeza con eso, pero si te sientes incomodo o cualquier cosa similar, me lo vas a decir ¿de acuerdo?

-Como mandes, jefa -Puse lo ojos en blanco, mientras una sonrisa se extendía por el rostro de Nevra y también del mío.

Afuera de la tienda ya había luz de día y muchas personas estaban moviéndose de un lado al otro yendo por su desayuno o empacando sus cosas en los carromatos.

Yo prefería desayunar primero y luego si comenzar a guardas las cosas.

-La fila esta algo larga -Dijo Nevra, mientras nos colocábamos detrás de dos hombres lobos que parecían estar discutiendo sobre si la carne era mejor cruda o un poco cocinada. Definitivamente cruda no era la respuesta para mí. -Si quieres puedes esperar en la banqueta de allá mientras yo recojo nuestra comida. Debes de estar cansada después de lo de esta mañana

Nevra me guiño un ojo, mientras sonreía con picardía. Sabía muy bien que ese algo de esta mañana no era otra caso que un muy delicioso sexo mañanero.

-¿Alardeando tan temprano, compañero?

<<Alardeando de la magia que ambos hacemos en la cama, nena. No solo presumo por mí>>

<<Oh, bueno, entonces gracias por el cumplido.>> -Dije dejando entrever la ironía en mi voz, cosa que solo causo más gracia en Nevra.

<<Siempre que quieras>>

Negué con la cabeza y me dispuse a irme hacia las banquetas que había señalado Nevra, pero no alcance a dar más de diez pasos antes de escuchar unas voces femeninas hablando sobre mi compañero.

Me detuve y miré en la dirección de donde provenían las voces. Estaban alejadas y no debería de ser capaz de escucharlas, pero justamente eso estaba haciendo.

Me hubiera detenido en cómo eso era posible, si la conversación de las dos feéricas no hubiera sido lo suficientemente horrible para hacerme enojar y hacerme olvidar cómo podía escucharlas en primer lugar.

-Ese es el líder de la Guardia Sombra ¿verdad? -Le dijo la chica a lo que supongo era su amiga.

-Por el Oráculo, si es. No lo reconocí viéndose...así -Apreté los puños a mi lado al oír ese tinte de desagrado en su voz.

El Príncipe de las Sombras [Nevra Eldarya]Where stories live. Discover now