TWO ALPHAS (VKOOKMIN)

💜 Cap 17 💜

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Su cabello rubio iluminado por la luz de la luna, sus ojos brillantes y su sonrisa llena de emoción y expectación, todo en el me parecía excitante.

Di un último paso fuera de aquel pasillo, mi cuerpo transpiraba adrenalina por cada poro de mi piel, una carrera de caballos se había apoderado de mi corazón y su imagen había remplazado cualquier pensamiento que pudiera tener.

Mis piernas flaquearon, mi cuerpo se relajó a tal punto de perder el equilibrio, me dejé caer suavemente sentándome en el suelo, con mis piernas estiradas y mis brazos apoyados hacia atrás.

-Esto es lo más loco que e echo en mi vida - Dejé que un suspiro de alivio se escapara de mi cuerpo.

-Entonces no has vivido lo suficiente.

Su sonrisa era mucho más grande y brillante.

-¿Y tú has vivido lo suficiente Jimin?

-No lo suficiente.

Su cuerpo se inclinó hacia el mío, sus ojos bajaron encontrándosen con mi mirada, su nariz rozó con la mía y sus hermosos labios rosados se quedaron a solo centímetros de los míos.

-¿Quieres venir conmigo? - Me susurró suavemente, sentí como su aliento chocaba con el mío, mis labios ardían de deseo por sentir los suyos.

"Chocolate"

Sentía su olor con mayor intensidad inundando mis pulmones.

"Fresas"

Me atraía como si de un imán se tratara, su dulce aroma nublaba mis sentidos.

-Si quiero.

Vi una hermosa sonrisa enmarcarse en sus perfectos labios, mientras una brillante estrella titilaba en sus profundos ojos azules.

Mis labios pedían los suyos, mis manos reclamaban por tocar su cuerpo, mi cuerpo palpitaba de emoción por sentir su calor.

Podía acortar esos pocos centímetros y sentir nuevamente sus dulces y carnosos labios sobre los míos, pero su mirada intensa sobre mis ojos paralizaba hasta el mas mínimo musculo de mi cuerpo, me tenía a su merced.

-Vamos.

Se separó de mi cuerpo logrando que un pequeño gruñido saliera desde el fondo de mi garganta.

La tensión que teníamos hace unos minutos atrás había desaparecido por completo, dejándome un vacío lleno de ansiedad en todo el cuerpo.

Salimos del gran edificio despidiéndonos del encargado, en ese momento no pensé lo importante que se volvería ese lugar para nosotros.

Caminábamos por las calles desoladas, ya pasaba la media noche, su figura estilizada caminaba unos cuantos centímetros delante mío.
Solo se escuchaban nuestros pasos sobre el asfalto, nuestras respiraciones tranquilas y uno que otro rugido de motor saliendo de algún auto.

Mentiría si dijera que mis pensamientos no estaban inundados de ese hermoso rubio, en ese momento mis ojos no se podían desviar de su silueta pero mi corazón no se desviaba de mi precioso castaño.