6. Colmillos.

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Mientras Yunho lo carga en brazos, Yeosang descansa la cabeza sobre el cuello, mantiene los ojos cerrados, percibe el sutil olor de la humedad del cuerpo tras la sobreexigencia física, él no sabe que estuvo corriendo con él en brazos, pero el arom...

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Mientras Yunho lo carga en brazos, Yeosang descansa la cabeza sobre el cuello, mantiene los ojos cerrados, percibe el sutil olor de la humedad del cuerpo tras la sobreexigencia física, él no sabe que estuvo corriendo con él en brazos, pero el aroma es inconfundible, lo ha percibido en otros contextos donde también el miedo parece salir por los poros. Oler el miedo le pone nervioso porque no desea que su demonio aflore para hacer algún estrago. Se cubre el rostro del sol cuanto puede, pero de igual modo siente que se quema por dentro, como si sus órganos estuvieran friéndose en sí mismos.

Al llegar a la cabaña, los hermanos se sienten curiosos por la escena, el vampiro parece dormido, mientras el humano les hace señas para que le abran paso. En la habitación no lo duda, lo acuesta en la cama y cierra la ventana para evitar que el ruido moleste tanto. Kanji aparece, imponiéndose entre los jóvenes como si realmente pudiera ver la escena, no puede pero conoce el olor a las plantas medicinales de NamJoon. Atrapa a Yunho, va desesperado, ve en sus ojos la incertidumbre por el silencio colectivo, no sabe quién está herido.

— ¿Qué pasó? ¿Acaso se adelantó? ¿Le hiciste daño?

— No— Yunho le mira sin expresar demasiado, pero la molestia llega algunos segundos después—No hablen de eso delante de gente que no pertenece a nuestra familia. Alguien nos atacó en el bosque, un maldito vampiro estaba allí, ¿por qué estaban tan cerca de la Villa en plena luz del día? Sang me salvó de un Cadavérico y de una daga, por eso está así— le señala— El doctor NamJoon dijo que hay que cambiar las vendas cuando se ensucien, también colocar estas hojas— saca una bolsa de tela del bolsillo— Debe descansar y alimentarse bien.

— Hijo... — Kanji intenta detenerlo al percibir que se aleja, pero Yunho parece molesto, tanto que ni siquiera mira a sus hermanos a los ojos— No quise decir nada...— le persigue, sabe que hablar de aquello es un tema delicado, pero no pudo evitar pensar lo peor. Recorren el pasillo y llegan hasta el patio trasero de la cabaña. Yunho juega con la cuerda del cuenco con el que extraen el agua del pozo—La vez pasada...

— Sé muy bien lo que pasó, solo pido que dejen de insinuar. No lastimé a nadie, y no lo haré tampoco... algún día no estarás, papá.

— Por eso quiero que te liberes del miedo, solo atraes demonios, un día no estaré y quiero estar seguro de que podrás solo.

— No te preocupes, mejor preocúpate por ver lo que hace YeonJun cuando va por las frutas, soborna a las ancianas— se acerca y lo abraza. El hombre se mueve de un lado al otro, parece desconcertado, la información le indigna un poco.

— ¡YeonJun!

Le agrada ver a su padre con esos ánimos, nunca ha permitido que ninguno pase hambre o miedo, y en la mayoría de las veces en las que no fue capaz de suplir las dudas, al menos estuvo compartiendo el tortuoso silencio de noches bajo la luz de la vela. Yunho sonríe, tiene miedo por sus propias acciones y los sentimientos extraños que le han estado haciendo sentir abrumado desde que Yeosang llegó; no sabe si es por él o por el día del Eclipse que se acerca. Aún recuerda con horror el primero que vivió cuando fue consciente del entorno:

Colmillos falsos [YunSang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora