23. Renacer.

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El mortecino cielo que el Eclipse causó se ha ido lentamente luego de cinco agónicos días

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El mortecino cielo que el Eclipse causó se ha ido lentamente luego de cinco agónicos días. Las criaturas rastreras y sanguinarias han perdido el territorio que se les ha concedido, incluso, algunos de los vampiros de menor experiencia han sido heridos por ancianos y adultos armados. Las horas están contadas, superadas en números por los humanos vengativos que se han animado a barrer y proteger sus zonas, escuetos de armas, pero con un ímpetu salvaje que no lo tienen ni las alimañas del bosque. Por allí se ha corrido el rumor de que numerosos asentamientos han sido destruidos; y los demonios han vuelto a ganar, el cansancio es notorio en una raza que con el tiempo lo ha perdido todo.

La familia de Yunho lo ha buscado desde el momento en que se fue, pero les ha costado profundas heridas que HongJoong se ha dedicado a curar. Su villa quedó devastada, los únicos caballos que tenían fueron secuestrados y algunos de los animales que pudieron salvar, murieron poco después del reinado habitual del sol. Algunos ancianos dicen que las tierras han quedado malditas y pretendieron marcharse, sin embargo, sus débiles cuerpos deteriorados por el tiempo le han impedido la gracia de su huida. Wooyoung junto a San y Soobin han reconstruido la mayor parte de los daños materiales, dedicando horas exhaustivas a talar y cortar madera, devolviendo a la normalidad la fachada de un hogar feliz, que lo único que alberga es oscuridad y miseria.

Para la familia de Kanji,las miradas despectivas son el pan de cada día, no lo dicen en voz alta, pero lo culpan de haber albergado bajo su ala al mismísimo demonio, y en consecuencia, haber causado este gran daño, aunque ciertamente, a él poco le importa lo que un grupo de ancianos con los días contados puedan decir; realmente, no hay cosa que le importe demasiado desde que dos de sus hijos se hayan ido para siempre.

— Papá, iré a cazar con San... ¿Quieres que traiga algo de menta fresca? Recién cortada, silvestre, como te gusta. ¿Papá?

Algunos golpes suenan en la puerta y la voz de uno de los Marcados se alza impaciente. Soobin observa a Kanji sentado en la esquina más alejada de la mesa con una prenda de YeonJun en la mano y esa vieja manga larga rota de Yunho, las estruja mientras mantiene sus muertos ojos sobre un punto fijo hacia adelante, haciendo oídos sordos a cualquier cosa a su alrededor. El joven suspira y agarra su arco, observando la escena con el corazón roto. Al salir de la casa encuentra a Wooyoung con una canasta y una insistente mirada llena de impaciencia.

— ¿Vamos?

— ¿Dónde está San?

— Se adelantó. ¿Te molesta ir conmigo? — comienzan a caminar.

— Tiene mis hachas, quería afilarlas— lo observa, Wooyoung parece arrepentido por sus palabras de forma instantánea—. Lleguemos rápido a él.

Se internan en el bosque, San se encuentra en cuclillas terminando con la vida de un cerdo salvaje que aun conserva la flecha a la altura del corazón. Wooyoung se emociona, no ha comido cerdo desde hace mucho tiempo, parece la única ilusión que se le permite acuñar. Así que corre a felicitarlo, mientras Soobin sonríe apenas y observa alrededor con la esperanza de hallar los racimos de menta para su padre, aunque en el camino también ve una flor púrpura que crece junto a un delgado árbol de lánguidas ramas. Comienza a llorar mientras se acerca, arrodillándose instantes después frente a la planta.

Colmillos falsos [YunSang]Where stories live. Discover now